
Entrevistaron a un grupo de madres trabajadoras para ver qué pensaban acerca de su trabajo como mamás. La mayoría pensaba que debido a la gran rutina laboral, su rol como madres muchas veces se tornaba cuesta arriba. Decían que a veces les costaba sonreír y no gritarles a sus hijos tras un mal día de trabajo o después de que uno de sus hijos hiciera una travesura. Les costaba tener paciencia, encontrar tiempo para jugar, etc.