El antiguo Amazonas
Según los estudios geológicos, el Amazonas que hoy en día lleva agua y sedimentos desde la cordillera de los Andes hasta el Atlántico, no sería reconocible si lo comparamos con su forma hace 10 millones de años. En aquella época, las precipitaciones que caían en lo que hoy se conoce como la cuenca del Amazonas drenaban en vez de hacia el este, como lo hace hoy en dirección al Atlántico, en dirección oeste.
En su recorrido, llegaba hasta unos enormes lagos que se formaron a lo largo del borde oriental de los Andes, donde sus aguas se incorporaban a otras corrientes fluviales que desembocaban al norte, en el Mar Caribe. Como el istmo de Panamá no había surgido aún, estas aguas terminaban trasladándose hacia el océano Pacífico, de manera absolutamente inversa a lo que conocemos.
¿Por qué se invirtió el Amazonas?
Esta inversión y otros fenómenos geológicos relacionados con los patrones del drenaje del río han sido objeto de acalorados debates entre los geólogos y otros expertos de la materia. Sin embargo, un científico llamado Victor Sacek, de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, ha desarrollado un modelo que simula la evolución del terreno sudamericano durante los últimos 40 millones de años, un período que se inició después del nacimiento de los Andes Centrales. Con ello, es probable que haya encontrado la respuesta a la interrogante.
Según publicó el investigador en la revista Earth and Planetary Letters, la erosión y la sedimentación del río Amazonas fueron los fenómenos principales que provocaron la inversión del mismo y no fenómenos geológicos de grandes proporciones como los movimientos tectónicos.
Precisa el modelo que la erosión provocada por las lluvias fue poco a poco arrastrando toneladas de sedimentos que fueron llegando a los inmensos lagos de destino del río, los cuales se originaron como consecuencia de la elevación de los Andes muchos años atrás.
Así, con el tiempo y gracias a al relleno, el terreno se fue haciendo cada vez más y más alto, de manera que el hundimiento del mismo se desaceleró y el agua se estancó, convirtiéndose la región en una serie de humedales llamados Formación de Pebas.
Esto conllevó que fuera aumentando la acumulación de sedimentos y el terreno se hiciera finalmente tan elevado, que ya era imposible que el río siguiera su curso original, invirtiendo su flujo hasta nuestros días, en que ya sus aguas no terminan en el océano Pacífico, sino en el conocido y descomunal delta amazónico del océano Atlántico.
Según los estudios geológicos, el Amazonas que hoy en día lleva agua y sedimentos desde la cordillera de los Andes hasta el Atlántico, no sería reconocible si lo comparamos con su forma hace 10 millones de años. En aquella época, las precipitaciones que caían en lo que hoy se conoce como la cuenca del Amazonas drenaban en vez de hacia el este, como lo hace hoy en dirección al Atlántico, en dirección oeste.
En su recorrido, llegaba hasta unos enormes lagos que se formaron a lo largo del borde oriental de los Andes, donde sus aguas se incorporaban a otras corrientes fluviales que desembocaban al norte, en el Mar Caribe. Como el istmo de Panamá no había surgido aún, estas aguas terminaban trasladándose hacia el océano Pacífico, de manera absolutamente inversa a lo que conocemos.
¿Por qué se invirtió el Amazonas?
Esta inversión y otros fenómenos geológicos relacionados con los patrones del drenaje del río han sido objeto de acalorados debates entre los geólogos y otros expertos de la materia. Sin embargo, un científico llamado Victor Sacek, de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, ha desarrollado un modelo que simula la evolución del terreno sudamericano durante los últimos 40 millones de años, un período que se inició después del nacimiento de los Andes Centrales. Con ello, es probable que haya encontrado la respuesta a la interrogante.
Según publicó el investigador en la revista Earth and Planetary Letters, la erosión y la sedimentación del río Amazonas fueron los fenómenos principales que provocaron la inversión del mismo y no fenómenos geológicos de grandes proporciones como los movimientos tectónicos.
Precisa el modelo que la erosión provocada por las lluvias fue poco a poco arrastrando toneladas de sedimentos que fueron llegando a los inmensos lagos de destino del río, los cuales se originaron como consecuencia de la elevación de los Andes muchos años atrás.
Así, con el tiempo y gracias a al relleno, el terreno se fue haciendo cada vez más y más alto, de manera que el hundimiento del mismo se desaceleró y el agua se estancó, convirtiéndose la región en una serie de humedales llamados Formación de Pebas.
Esto conllevó que fuera aumentando la acumulación de sedimentos y el terreno se hiciera finalmente tan elevado, que ya era imposible que el río siguiera su curso original, invirtiendo su flujo hasta nuestros días, en que ya sus aguas no terminan en el océano Pacífico, sino en el conocido y descomunal delta amazónico del océano Atlántico.