Aunque sean criticadas por haber invadido nuestras vidas, haber compartido algunos de nuestros secretos con agencias de espionaje y evadir impuestos en medio mundo, las tecnológicas también tienen su corazoncito y realizan una labor filantrópica más que necesaria. Es el caso de Google, que ha dado 20 millones de dólares (cerca de 18 millones de euros) a treinta organizaciones sin ánimo de lucro para que creen las herramientas del futuro con las que las personas con discapacidad puedan contar con las mismas oportunidades: sillas eléctricas de código abierto, teclados especiales y otros inventos son financiados por los de Mountain View. No obstante, Google no es la única tecnológica que dedica dinero a este tipo de causas. Gigantes como Apple o Facebook también hacen lo propio.

Así, no son pocos los que dedican parte de sus ingentes ganancias a la filantropía y las causas sociales. Este año, la empresa creadora del popular buscador ha apoyado a 30 organizaciones sin ánimo de lucro para que investiguen diferentes maneras de mejorar la vida de quienes sufren discapacidad. Los proyectos elegidos por Google para recibir su respaldo tienen que estar basados en dar soluciones a problemas concretos en cinco ámbitos destacados: educación, comunicación, movilidad, independencia y el acceso al empleo de las personas con discapacidad.

En 2005, Google creó la división de su empresa destinada a la filantropía y responsabilidad social: Google.org. Y, desde entonces, han financiado diferentes campañas tales como la lucha contra el virus Zika o la ayuda a los refugiados. Sin embargo, este año quisieron ir un paso más en la unión de tecnología y causas sociales. Google.org será la responsable de tutelar este proyecto que han denominado Global Impact Challenge. Recientemente se han dado a conocer las 30 organizaciones agraciadas con la financiación de sus innovaciones. Seis de ellas recibirán más de un millón de dólares de inversión (cerca de 900.000 euros) para que continúen con las investigaciones que venían realizando en este ámbito. Según Google.org, la ayuda media donada a cada organización es de 750.000 dólares (más de 600.000 euros) y alcanzará a 50 países diferentes.

El diferente perfil de las organizaciones a las que se ha dirigido Google para este proyecto refleja a las claras las ambiciones de los de Montain View. Una de ellas es el Center for Discovery, que actualmente trabaja en desarrollar un motor para sillas de ruedas basado en código abierto que sirva para dotar de mayor autonomía y movilidad a sus usuarios.

Otra de las asociaciones es la Perkins School for the Blind, la escuela para personas ciegas más antigua de Estados Unidos, y que actualmente está desarrollando un sistema de geolocalización que ayude a las personas con problemas con visión a mejorar la interacción con su entorno: desde subirse al autobús hasta a la hora de entrar a diferentes edificios, por ejemplo. Otra de las elegidas fue Click2Speak, una ONG que estudia cómo implantar teclados multilingües en pantallas y que puedan ser activados mediante mandos, ‘joysticks’ o rastreo ocular para que personas con afecciones motoras puedan escribir. Por otro lado, el de la Dan Marino Foundation, otro de los 30 programas financiados, se basa en buscar una solución interactiva para que los jóvenes con autismo puedan afrontar entrevistas de trabajo.

La particularidad del enfoque de Google para el desafío que plantean es que las organizaciones a las que financian y monitorizan tienen que observar la consecución de objetivos como si de un proyecto de ingeniería se tratase. Todo, bajo criterios de eficiencia y posibilidades de éxito además del trabajo con código abierto para que el usuario final pueda modificar e incorporar a su vida diaria los inventos según sus necesidades.

De esta manera aséptica pretenden evitar las suspicacias -la cara B de la filantropía- que se generan en estos casos. Es lo que sucedió, por ejemplo, cuando Mark Zuckerberg y Priscilla Chan donaron prácticamente íntegra su fortuna de Facebook. Así se evita que la donación se perciba como una corazonada, sino como algo razonado en lo que la tecnología se ponga al servicio de aquellos que más la necesitan y de una manera innovadora. Tratar de mejorar la vida de las personas con discapacidad bajo una aproximación al problema desde la ingeniería, identificando fortalezas y debilidades, le da a Google un toque único.

Porque en Mountain View hacen sus números para diseñar una estrategia. En esta ocasión, Google justifica que las razones para lanzarse a financiar este proyecto, y no otro, fueron las cifras. Más de mil millones de personas en todo el mundo pelean a diario con diferentes discapacidades. Además, una persona con minusvalía tiene menos oportunidades que alguien sin ella. En un país como Estados Unidos del 50 al 70 por ciento de personas con discapacidad está en paro y, en las naciones en desarrollo y según Naciones Unidas, los porcentajes se elevan hasta el 80 y 90 por ciento.

Google sí, pero no solamente
Si nos remontamos a la historia de la filantropía moderna hay que retroceder hasta los tiempos del carbón y el acero. Del mismo modo que la practican los magnates de las tecnológicas en el paso del siglo XX al XXI, hace cien años eran los empresarios de ferrocarriles, acerías o astilleros los que se dedicaron a la obra social de manera parecida. Los Rockefeller, Carnegie o Ford tienen hoy sus herederos en Gates, Zuckerberg o Sean Parker.

Sean Parker fue uno de los pioneros de la tecnología P2P para compartir música cuando cofundó Napster en 1999 y, posteriormente, de las redes sociales cuando fue uno de los primeros ejecutivos de Facebook. Parker anunció el pasado 13 de abril que donará 250 millones de dólares (unos 220 millones de euros) para unir el trabajo de seis centros académicos que se dedican a investigar acerca de la inmunoterapia del cáncer. El Parker Institute for Cancer Inmunoterapy juntará a 300 investigadores en 40 laboratorios de los campus de universidades como Pennsylvania, Stanford o California. Se estima que la fortuna personal de Parker asciende a 2.800 millones de dólares (algo más de 2.400 millones de dólares) y el año pasado ya donó otros 600 millones de dólares (unos 530 millones de euros) a diferentes proyectos como la investigación para erradicar la malaria.

Por su parte, el caso de Zuckeberg quizás sea el paradigma del ímpetu social de los millonarios de la tecnología. El pasado año el creador de Facebook fue padre por primera vez de una niña, Max. Para dar la bienvenida a su retoño al mundo, el bueno de Zuckerberg anunció en su propio muro que donaría el 99% de las acciones que posee de la empresa, valoradas en 45.000 millones de dólares (algo menos de 40.000 millones de euros), a causas sociales. En la misiva, el fundador de Facebook explicó que la donación se haría de manera paulatina a lo largo de su vida y que los fondos estarán controlados por su propia fundación, la Chan Zuckerberg Initiative.

El proyecto del creador de Facebook se basa en la mejora de la educación y en la lucha por promocionar la equidad y la igualdad de oportunidades. En su web afirma que pretende crear un mundo mejor para los niños basándose en el desarrollo del aprendizaje personalizado, erradicando enfermedades, conectando personas y construyendo comunidades fuertes que tratarán de lograr estos objetivos con inversiones a largo plazo.

No obstante, Zuckerberg no era nuevo en las lides de financiar proyectos sociales. Con anterioridad donó 120 millones de dólares, algo más de 100 millones de euros, para mejorar las escuelas de San Francisco y se unió a Bill Gates en la Coalición para el Avance Energético en la que también están, entre otros multimillonarios tecnológicos, Jeff Bezos, CEO de Amazon, Reid Hoffman, fundador de LinkedIn y Jack Ma, CEO de Alibaba.

Microsoft contra Apple, dos estrategias diferentes

Por su parte, la cara filantrópica de Bill Gates, fundador de Microsoft, es de sobra conocida desde que fundó la Gates Foundation junto a su mujer Melinda en el año 2000. Es la fundación privada más importante del mundo y se estima que la pareja ha donado a causas benéficas alrededor de 38.000 millones de dólares, algo más de 33.000 millones de euros.

Entre sus campañas más activas destacan la lucha por la prevención del SIDA en la India y su batalla contra la tuberculosis o la malaria. Otros de los trabajos en los que se ha visto involucrado Gates es en el vital “El reto de reinventar el baño”, un proyecto para mejorar las prestaciones higiénicas de las cerca de tres millones de personas que no tienen acceso a condiciones de higiene básicas en todo el mundo. Gates, por otro lado, ha unido sus fuerzas con el empresario Warren Buffet en la campaña The Giving Pledge para que los multimillonarios estadounidenses donaran, bien en vida o como herencia, la mitad de sus capitales para fines benéficos. Michael Bloomberg ex alcalde de Nueva York o George Lucas lo hicieron.

Apple, por parte, pareció durante mucho tiempo querer cambiar el mundo sólo a través de sus productos. Embellecer la tecnología. Sin embargo, desde la muerte de Steve Jobs y la asunción de la presidencia por Tim Cook, la empresa más valiosa del mundo ha vuelto su mirada hacia una responsabilidad social más prosaica. El detonante de este cambio de política fueron las informaciones que acusaban a la empresa de recortar las condiciones de seguridad de sus trabajadores en China.

Una vez puesto fin a estas prácticas, como se asegura desde la propia web de la compañía, Apple estaba lista para comenzar a expandir sus redes solidarias: donaciones a la Universidad de Stanford para la construcción de un nuevo hospital, financiación de proyectos para minorías o apoyo con productos Apple por un valor de 100 millones de dólares (88 millones de euros) para que niños sin recursos puedan acceder a la tecnología en las aulas de sus colegios. El gigante de Cupertino también se convirtió en el principal patrocinador del proyecto ProductRED del Fondo Monetario Internacional. Una iniciativa conjunta en la que también se encuentra Microsoft junto con Motorola o Dell, entre otras y que tiene como objetivo la lucha contra el SIDA y cuya cara visible es el cantante de U2, Bono.

En lo que sí coinciden Microsoft con Apple y ambas con Google es en otro tipo de responsabilidad social. Son los programas de voluntariado doble por los que, por cada hora que un empleado de estas empresas dedican a voluntariado en sus comunidadades, la empresa dona una cantidad de dinero. Apple ha conseguido desde 2011 unos 25 millones de dólares, unos 22 millones de euros, en donaciones. Mientras, Microsoft, que fue el primero de las grandes en hacerlo en 2005, lleva donados más de 1.000 millones de dólares, cerca de 900 millones de euros. A veces, enemigos irreconciliables pueden encontrar terreno común para objetivos compartidos.





ANUNCIO PATROCINADO



Con la tecnología de Blogger.