Aunque todavía falta un largo trecho para que sean una estampa habitual en carretera, la tecnología que equipan los coches autónomos es cada vez más fiable. La de Google es, posiblemente, una de las mejores exceptuando el hecho de que acaba de encontrar un enemigo inesperado: la estupidez humana.

Tal y como describe el director del proyecto del coche autónomo de Google, Chris Urmson, hay algunos peatones que, cuando ven el vehículo circulando en las inmediaciones sienten la necesidad de hacer el tonto para probar su fiabilidad.

En concreto, y con más de 2500 millones de kilómetros conducidos: cadenas de gente saltando como ranas delante del coche, un tipo sin pantalones bailando en torno a él o gente cazando patos con una escoba en mitad de la carretera. 
¯\_(ツ)_/¯

Lo más curioso es que el coche maneja dichos problemas sorprendentemente bien pues, se para, evalúa la situación y o bien se queda parados hasta que la amenaza acaba o bien se desvía ligeramente para evitar el obstáculo.




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