Ya ocurrió algo parecido en los años 60, cuando una cepa de un hongo muy perjudicial acabó con la variedad más popular de la época, la Gros Michel. Lo que sucedió entonces es que se reemplazó esta variedad por la Cavendish, más resistente a la enfermedad, sí, pero también menos sabrosa y cremosa. Ahora, una nueva cepa delmismo hongo amenaza seriamente la producción mundial de plátanos Cavendish, la variedad más extendida del planeta. Actualmente, supone un 41 % de toda la producción mundial.

La conocida como “enfermedad de Panamá” no ataca al fruto (que se puede comer incluso si el platanero está infectado), sino al árbol. Además, las esporas pueden aguantar varias décadas en estado latente en el suelo hasta que empiezan a actuar. De momento, no se conoce ningún fungicida que pueda aplicarse sobre el suelo para acabar con ellas, y pueden viajar con facilidad en la tierra pegada a la suela del calzado, por lo que es relativamente fácil contagiar involuntariamente otras zonas. Este último problema es tan serio que se ha decidido mover el Congreso Internacional sobre el Banano de Costa Rica a Miami para reducir el riesgo de contagio.

La FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ha destacado la importancia de actuar con rapidez para evitar una catástrofe que podría traer como consecuencia, aparte de la extinción del plátano Cavendish, una subida significativa de los precios a nivel mundial, aunque por el momento se mantienen estables, sobre todo en países occidentales. Por otro lado, los productores de plátano y las familias cuya economía depende de este sector también se verían seriamente afectados.

En estos momentos, ya hay experimentos con otras variedades de plátano que pueda posicionarse como la principal. Además, científicos en Taiwan y en China están intentando modificar el plátano Cavendish para crear una variedad resistente a la enfermedad de Panamá. Ahora solo queda comprobar su efectividad frente al hongo.





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