1. Cualquier cosa que produzca monóxido de carbono. Mucha gente no es consciente de que la cantidad de monóxido de carbono que produce algo como una barbacoa de carbón que ya no tiene llama.
  2. Beber demasiada agua. Si bebes demasiada en un período demasiado corto de tiempo se produce una excesiva dilución del sodio en la sangre (hiponatremia). Con suerte, solo te sentirás fatal. A malas, puede llegar a matarte.
  3. Los muelles de las puertas de garaje. Si no sabes lo que haces mejor no trastear con ellas si no quieres acabar con una clavada en tu cerebro.
  4. No dormir. Cómo cuando alguien presume de haber dormido solo media hora y se pone al volante de un coche, poniendo en riesgo su vida y la de los demás.
  5. Los animales de granja. Si no sabes distinguir a una vaca de un toro deberías tratarla como un toro. Ocurre como con las pistolas. Deberías tratarlas siempre como si estuvieran cargadas.
  6. Hacer reparaciones eléctricas básicas en casa.
  7. Permanecer debajo de un árbol lleno de cocos. Si te cae uno en la cabeza lo más probable es que te mate.
  8. El Paracetamol y otros medicamentos de venta libre. Solo porque se vendan de manera libre no significa que puedas tomarte todos los que quieras. Limítate a la dosis sugerida.
  9. Conducir y escribir en el móvil. Prácticamente todo el mundo cree que, de algún modo, son más capaces que la persona media de hacerlo y que, por lo tanto, no les ocasionará ningún problema.
  10. Limpiar con lejía y amoníaco al mismo tiempo. Si están lo suficientemente cerca el uno del otro se produce una reacción química que da lugar a un compuesto tóxico llamado cloramina. Si la exposición es corta provoca escozor de los ojos, tos, dolor de cabeza e irritación de garganta. Si la exposición es más prolongada puede provocar edemas pulmonares, insuficiencia respiratoria e, incluso, la muerte.
  11. Un paseo por el bosque. Perderse es mucho más fácil de lo que parece.
  12. Las máquinas expendedoras. Matan más personas que los tiburones, por ejemplo.
  13. La mala higiene dental. Más allá del dolor, las caries y abscesos sin tratar pueden provocar infecciones masivas, intoxicación de sangre, ataques al corazón, coágulos y aneurismas.
  14. Cruzar la calle.
  15. Beber gotas para los ojos. Ingerir tetrahidrozolina, el ingrediente activo de las gotas para los ojos, puede ser muy peligroso. El rumor dice que causa diarrea explosiva, por lo que algunos las han utilizado para gastar bromas o vengarse de la gente. Pero una dosis demasiado elevada puede reducir drásticamente la temperatura del cuerpo, causar dificultades respiratorias, fluctuación de la presión arterial y convulsiones, llegando ser peligroso para la vida.
  16. Dar a luz.
  17. Aguantarse los estornudos. Es una excelente manera de provocarse un aneurisma.
  18. El alcohol. Todo el mundo está tan preocupado en educar a la juventud sobre los peligros de las drogas que tienden a olvidarse que el alcohol causa más muertes que prácticamente todas las drogas combinadas (excluyendo el tabaco).
  19. Andar. Tropezar o resbalarse una sola vez y darse contra algo con la cabeza es todo lo que se necesita.



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