En la India es común que las novias pidan a sus futuros suegros joyas o diamantes como regalo de bodas. En ese país la mujer va hacia el encuentro con su amado ataviada de las más vistosas y hermosas joyas que adornan aún más a los llamativos y coloridos vestidos.

Pero Priyanka Bhadoriya pidió un obsequio totalmente distinto. Para ella, el oro y las piedras preciosas no son nada en comparación a la naturaleza viva, por ello pidió 10 mil árboles para plantar.

Los suegros quedaron completamente sorprendidos, pero la chica estaba segura de lo que quería. Según la prensa local, Priyanka eligió este regalo en honor a la lucha constante que tuvo su padre, que es granjero, en medio de las sequías.

“Desde la infancia, tenía una estrecha relación con el medio ambiente. He estado plantando árboles jóvenes desde los 10 años. Cuando mi matrimonio se fijó el Día de la Tierra, me puse muy feliz. El ambiente me recordó mi vinculación emocional con él”, dijo la feliz novia.

La joven de 20 años de edad solicitó que la mitad de los árboles fuesen plantados en su casa paterna y la otra en la de sus suegros. Su hermano le contó a la prensa local que los padres de ambas familias estaban sorprendidos, pero el novio, Ravi Chauhan, estaba más que feliz, pues es un científico entusiasta por la naturaleza y el cuidado del ecosistema.

Las joyas pueden durar cierto tiempo, pero los árboles son los que le darán sombra a nuestros hijos mañana.

Deberíamos copiar el ejemplo de Priyanka porque, al final de todo, no hay belleza más hermosa que la de la naturaleza. Ni todo el oro del mundo compra un sembradío de puros árboles.





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