La información y los contenidos de los dispositivos perfectamente blindados, impenetrables. Inaccesibles a todos: hackers, policía e incluso la propia compañía. Eso es lo que pretende implantar Apple con un nuevo sistema de archivos. Un sistema creado para que el único que posea el conocimiento del interior del ordenador o del móvil sea el propio dueño. Nadie más.
A todos nos viene a la cabeza el caso de San Bernardino, en el que el FBI solicitó a Apple ayuda para desbloquear el iPhone 5 del terrorista Syde Rizwan Farook.
La historia, que fue digna de una saga de suspense con la cuestión filosófica añadida de la seguridad-privacidad, la conocemos bien. Al final, el FBI hackeo el teléfono sin ayuda de Apple. Ahora este movimiento de Apple trata de apuntalar la postura que la compañía defendió durante aquel proceso: no querer conocer, ni querer saber lo que guarda el interior de ninguno de sus dispositivos electrónicos.
El nuevo sistema de archivos se llama APFS (Apple File System) y permite a cada usuario escoger el nivel de protección que desea. Existen tres: sin cifrar, con un cifrado de llave única o con un cifrado de llave múltiple. En éste último, cada archivo se puede bloquear con contraseñas y se dispondrá de una llave más, separada, para los metadatos sensibles.
APFS sustituirá al sistema de archivos actual, el HFS+, que fue diseñado hace tres décadas, en la época de disquetes y discos duros. Este sistema ya se ha puesto a disposición de los desarrolladores y los de Cupertino pretenden implantarlo a partir de 2017 empezando por sus ordenadores.
El caso de San Bernardino, con este sistema, tendría otra trama. Si la policía hubiese llamado a la puerta de los de Apple para pedir desbloquear el móvil encontrado en el bolsillo de Syde Rizwan (recordamos que murió abatido después de haber atacado una agencia de servicios sociales en California),Apple les hubiera espetado: "No, porque además ni siquiera sé cómo".
Es un debate complejo. Apple se negó a proporcionar a la policía lo que solicitaba porque, según explicó Tim Cook en una carta, el FBI lo que quería era una llave para poder acceder a cualquier Iphone indiscriminadamente. "Nos han pedido que le pongamos al iPhone una puerta de atrás", escribía Cook, director ejecutivo de Apple. "Aunque el Gobierno asegure que su uso estaría limitado a este caso concreto, no hay manera de garantizar ese tipo de control", alertaba.
Puede que motivos para sospechar de las intenciones del FBI no les faltaran. Porque esa ayuda imprescindible que solicitaban a Apple sin la cual no era posible desbloquear el iPhone5 del terrorista, resultó no ser cierta. En poco tiempo, ante la negativa de la compañía, hackers accedieron al interior de ese móvil.
¿Y entonces qué?
Quizá no exista una única posición clara y concluyente porque siempre parece haber detrás más intenciones que las expresadas. La posibilidad de que pueda ocurrir un atentado terrorista produce un profundo miedo, pero Apple quiso advertir que la posibilidad no puede proporcionar derecho a los gobiernos a acceder indiscriminadamente a la privacidad de los ciudadanos.