En el mundo hay, nada más ni nada menos que un 13% de mujeres que nunca han estado embarazadas y sienten un miedo tan intenso que en ocasiones les impide llevar una vida normal. Se llama tocofobia y significa fobia a quedarse embarazada y dar a luz. 

Eso que a muchas mujeres les parece "el momento más bonito de su vida", a las tocofóbicas les eriza la piel. En algunas ocasiones, la fobia es tan grande que simplemente el hecho de ver a una mujer embarazada en el super hace que sientan nauseas, mareos y temblores. Vértigo ante la nueva vida.

Durante años, esta patología ha estado silenciada. La enfermedad de las mujeres que no quieren tener hijos las ha convertido en seres disfuncionales, extraños, anormales.

La tocofobia es un pánico interior que afecta al bienestar mental y en consecuencia, puede afectar al resto del cuerpo. Se suele clasificar de dos formas: primaria y secundaria. La primera de ellas a menudo ocurre a una edad temprana cuando una chica joven se enfrenta a imágenes perturbadoras de nacimientos. También puede ser resultado de un asalto sexual.

La segunda de ellas es similar al trastorno de estrés post-traumático y es resultado de una experiencia de parto pasada que no salió del todo bien o fue extremadamente dolorosa.

Sin embargo, hay una tercera forma de tocofobia que no es reconocida médicamente. Es la llamada tocofobia social, concebida por Brian Salmon. "Es social porque la gente apesta, te cuentan las peores historia sobre su embarazo, la lactancia materna y todas esas cosas", asegura Salmon.

Sí, esa gente apesta y para personas con demasiada imaginación escuchar historias de hemorragias y desgarros puede ser fatal.

En algunos casos, la tocofobia te pilla desprevenida en medio de un embarazo. Se calcula que un 6% de las embarazadas sufren tocofobia, lo que les hace programar cesáreas totalmente innecesarias para evitar vivir el momento del parto natural.

Según algunos estudios, las mujeres que ya sufren de ansiedad general o depresión están predispuestas a sufrir esta fobia. El problema es que muchas ni siquiera lo discuten abiertamente. ¿Cómo le dices a una mujeres que sueña con tener hijos pero es infértil que tú, una persona sin problemas, no soporta hacerse a la idea de parir un bebé? La incomprensión es recíproca. Las tocofóbicas tampoco entienden el afán de algunas mujeres de enfocar su vida alrededor de la idea de tener niños.

Esa barrera entre lo socialmente aceptado y la fobia hace que muchas mujeres no busquen ayuda psicológica para superar sus síntomas. Les da vergüenza. Una mujer que tiene miedo a parir es directamente marginada.

Pero para muchas, la tocofobia es un paso que hay que superar, una barrera que quieren saltar porque en el fondo, sí quieren tener hijos. La curiosidad de cómo es criar a un niño y la satisfacción de ver crecer a un ser que es mitad tú mitad la persona que más amas es un punto a favor.

Todo lo demás puede superarse con la ayuda psicológica adecuada, sin necesidad de desesperarse y angustiarse por no ser como todas las mujeres.

La tocofobia debe dejar de ser un tabú para que podamos libremente hablar de ella. Por ahora, la tocofobia no aparece en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Aún hay demasiado camino por recorrer.





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