El Informe Chilcot revela que EE.UU. y el Reino Unido se enfrascaron en una pugna por el petróleo iraquí después de lanzar una guerra en el país árabe (2003-11).
El diario británico The Guardian, citando el jueves el informe de John Chilcotsobre una investigación de la guerra en Irak, destacó que los países invasores Estados Unidos y el Reino Unido “lucharon severamente” para conseguir el control sobre el oro negro iraquí luego de derrocar al régimen del dictador Saddam Husein.
El 9 de diciembre de 2002, David Manning, asesor en política exterior del entonces premier británico Tony Blair (1997-2007), indicó en Washington a la asesora estadounidense de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, que sería “inapropiado” que la corona británica entrase en disputas sobre futuras divisiones en la industria petrolífera iraquí, aunque consideraba “esencial” que las compañías británicas tuvieran igual acceso a los yacimientos petrolíferos del país árabe que sus socios estadounidenses.
Al respecto, añade el documento, el 23 de enero de 2003, dos meses antes de invadir Irak, el entonces Gobierno de Londres pidió a la compañía petrolera British Petroleum (BP) que presentara un informe sobre las perspectivas del sector enérgico en el país árabe.
La compañía británica inició trabajos técnicos en Rumania, el segundo yacimiento petrolífero más grande del mundo y, en 2009, ganó un contrato para aumentar la producción del crudo en esa zona, donde yacen 20 mil millones de barriles de petróleo recuperable. BP se ha negado a hacer comentarios al respecto.
El Informe Chilcot también subraya que Blair parecía más preocupado que los estadounidenses de que la invasión pareciera una guerra por petróleo y recuerda que el premier advertía a su aliado norteamericano de que resultaría “muy dañino” si la opinión pública pensara que los dos países "estamos usurpando el crudo iraquí".
El 31 de marzo de 2003, Blair dijo al entonces presidente estadounidense George W. Bush (2001-2009) que se requería trazar un futuro político y económico para el Irak posterior a Saddam Husein con el fin de disipar dudas de que “estamos en busca del petróleo”.
El pasado miércoles, el investigador británico Chilcot publicó su informe en 12 volúmenes sobre la invasión de Irak, con la conclusión de que, en su día, la alternativa militar “no era la última opción” disponible.
Hispantv