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Un inconsciente preparándose para tomar MODH |
El modh o dhmo, también llamado monóxido de dihidrógeno, es una peligrosa sustancia capaz de erosionar los materiales que, además, tiene una facilidad destacable a la hora de ahogar a seres humanos.
Se trata de un compuesto incoloro, inodoro e insípido. Se sintetiza a partir del radical inestable hidróxido, el cual puede encontrarse en una gran cantidad de sustancias explosivas y venenosas, como el ácido sulfúrico, nitroglicerina, charol. También se encuentra en la naturaleza, donde es un factor importante en numerosas catástrofes (inundaciones, tsunamis, etc.).
Debemos extremar la seguridad cuando la manipulemos, y sobre todo si decidimos beberlo. El monóxido de dihidrógeno, a su favor, tiene la característica de que es excelente a la hora de prevenir infecciones...
La mayoría de las personas lo conoce como “agua”.
Esta alarma creada alrededor de una sustancia común que empieza a llamarse de una forma desconocida fue un bulo prodigado por Eric Lechner, Lars Norpchen y Matthew Kaufman, compañeros de la Universidad de California en Santa Cruz, allá por 1989, para poner en evidencia hasta qué punto el público en general desconoce la materia científica y cómo puede alarmarse frente a los fenómenos más comunes.
Este bulo, especialmente difundido por internet, fue revisado por Craig Jackson en 1994, y llegó al cénit de la atención pública en 1997, cuando Nathan Zohner, un estudiante de catorce años, reunió peticiones para prohibirlo, como un proyecto de una "feria de ciencias", que tituló "¿Cuán crédulos somos?".
De las cincuenta personas que atendieron al estudiante, 43 firmaron la petición, seis tuvieron dudas y solo una se negó por estar absolutamente de acuerdo con la existencia de la molécula.
Esta alarma creada alrededor de una sustancia común que empieza a llamarse de una forma desconocida fue un bulo prodigado por Eric Lechner, Lars Norpchen y Matthew Kaufman, compañeros de la Universidad de California en Santa Cruz, allá por 1989, para poner en evidencia hasta qué punto el público en general desconoce la materia científica y cómo puede alarmarse frente a los fenómenos más comunes.
Este bulo, especialmente difundido por internet, fue revisado por Craig Jackson en 1994, y llegó al cénit de la atención pública en 1997, cuando Nathan Zohner, un estudiante de catorce años, reunió peticiones para prohibirlo, como un proyecto de una "feria de ciencias", que tituló "¿Cuán crédulos somos?".
De las cincuenta personas que atendieron al estudiante, 43 firmaron la petición, seis tuvieron dudas y solo una se negó por estar absolutamente de acuerdo con la existencia de la molécula.