Los aviones no autorizados que invadan el espacio aéreo restringido de Río de Janeiro durante los Juegos Olímpicos 2016 podrán ser abatidos, según confirmó el ministro de Defensa del gobierno brasileño, Raul Jungman, en una presentación del plan de seguridad para los Juegos.
"Si cualquier aeronave no reconocida entra en el espacio aéreo restringido, la aeronáutica está autorizada a dar un tiro de destrucción. No estamos de broma", avisó el ministro, máximo responsable del dispositivo de seguridad olímpico.
El esquema especial de seguridad contempla que 85.000 hombres cuiden de la seguridad de la ciudad olímpica, de los cuales 22.000 serán militares.
Los miembros del Ejército se encargarán de vigilar las playas de la zona sur (Ipanema y Copacabana) y de la zona oeste (Barra de Tijuca).
También estarán posicionados en importantes vías de comunicación, como la Línea Amarilla, la Línea Roja, el corredor de bus Transolímpico y las vías de tren, con el objetivo de aliviar las funciones de la policía militar.
El Ejército pondrá a disposición de la ciudad 12 barcos, 48 embarcaciones menores, 1.169 coches patrulla, 70 tanques, 28 helicópteros y 174 motos.
Durante la presentación del esquema el ministro aseguró que por primera vez en la historia de unos Juegos Olímpicos funcionará un comando internacional de inteligencia para prevenir ataques terroristas, integrado por 97 países.
También informó de la firma de un convenio entre la secretaría de seguridad de los Estados Unidos y la Policía Federal brasileña para intercambiar informaciones sobre las personas que embarquen en los aeropuertos norteamericanos rumbo a Brasil.
Tanto el ministro de Defensa como el de Justicia, Alexandre Moraes, subrayaron que no hay ningún indicio ni probabilidad de ataque terrorista en Brasil durante los Juegos Olímpicos.
Además, restaron importancia a la búsqueda del ciudadano siro Jihad Ahmad Deyab, expreso de Guantánamo, que podría haber entrado en Brasil procedente de Uruguay.
"Las autoridades uruguayas nos informaron de que salió de Uruguay. Perdieron su rastro y nos pidieron que analizáramos si podría estar en territorio nacional, puesto que ya intentó entrar en Brasil dos veces y fue interceptado. Pero no hay ningún indicio de que esté en territorio nacional", remarcó Moraes.