La circulación de los vehículos a motor con más de 20 años de antigüedad por las calles de la capital francesa quedó prohibida por una nueva ley, destinada a la protección del entorno.

La nueva normativa parisina se aplica todos los días laborables desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la tarde.

Se espera que afecte a unos 400.000 vehículos, es decir, al 1,1 por ciento del total de coches en la capital.

Por ahora los policías se limitan a explicar la nueva ley a los que siguen conduciendo automóviles fabricados antes de 1997 y motos fabricadas antes de 1999.

Pero a partir del 1 de octubre la infracción del nuevo régimen se castigará con una multa de 35 euros, que con el tiempo subirá a los 135 euros.



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