Lo mejor de los idiotas y estúpidos es que, por norma general, no hace falta hacer ningún esfuerzo por dejarlos en evidencia: se les da maravillosamente cavar sus propias tumbas ellos solitos.

Y cuando hablamos del tipo de estúpido que utiliza a Dios para justificar sus idioteces, podemos abrirnos una cerveza y sentarnos a disfrutar de verlo arder. O, en este caso, a ver como se inunda su casa.
Parece que a Tony Perkins, el presidente del Consejo de Investigación Familiar (una organización anti-LGTBI considerada un "grupo de odio" en el sur de Estados Unidos) su querido señor Jesucristo le quiso mandar un toque de atención.

Perkins, que ha proclamado a diestro y siniestro que los desastres naturales son un castigo divino para castigar a los pecadores, en especial a los homosexuales y a quienes los apoyan, perdió su casa en una terrible inundación en Lousiana esta semana. La catástrofe se ha llevado por delante 40.000 hogares y ha matado a 11 personas.

El líder de éste grupo anti-gay se vio obligado huir de su hogar en canoa y tendrá que vivir junto a su familia en un campamento durante los próximos seis meses mientras su casa es reconstruida.

Como cualquier buen idiota, Perkins cambia su speech a conveniencia para tratar de mantener sus dudosos razonamientos. Según él, en esta ocasión Dios no estaba enviando esta inundación para castigar a los homosexuales sino, según sus palabras "como un increíble ejercicio para fomentar la espiritualidad y llevarnos al siguiente nivel en nuestro camino hacia un Dios todopoderoso y misericordioso".

Perkins, no es por nada, pero parece que a Dios le caes mal.





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