Los padres son los encargados de comunicar los acontecimientos importantes que ocurren en el hogar, como por ejemplo, la muerte de una mascota. El punto es cómo brindan la información para que el niño pueda entenderlo y pueda procesar lo ocurrido. Cuando muere un animal de la casa o un familiar cercano los niños tienen que recibir una explicación sobre lo que sucedió.

El concepto de muerte es abstracto, por lo tanto los pequeños no lo entienden como los más grandes. La muerte se asocia a la desaparición y con el abandono por eso hay que comunicarla siempre a los hijos.

Cuando los chicos tienen de 0 a 5 años hay que decirle les , por ejemplo; “Blacky “(el nombre de la mascota) se fue y no volverá. A esa edad no entiende que la muerte es irreversible o sea que el ser que falleció no regresará. Cuando los niños preguntan sobre la causa de la partida podemos explicar en forma clara, simple, sin muchos detalles. El tema es que sí nos explayamos sobre su dolencia le pueden tomar miedo a la enfermedad. Los preescolares no saben distinguir entre una enfermedad grave o un simple resfrío. Lo mismo sí le ocurrió un accidente súbito, los detalles del mismo, no ayudan a procesar el duelo.

Los pequeños se encuentran en una etapa egocéntrica por lo tanto pueden sentir culpa sobre la desaparición, saben que se portaron mal y piensan que es por ellos. A esa edad quieren saber a dónde se fue, por lo tanto tienen que pensar que decirles. El padre puede explicar que partieron al cielo, pero lo más importante es que entienda que no vendrá de nuevo para que el chico no tenga expectativas y no lo espere en vano. La religión de los padres influye en lo que se le transmite a los hijos y hay que respetar las creencias sobre la muerte.

A partir de los 5 años empiezan a entender que la muerte es irreversible o sea definitiva. Existen ideas equivocadas de los niños acerca de la muerte pueden dar lugar a problemas. Algunos niños confunden la muerte con el sueño, especialmente si escuchan a un adulto que se refiere a la muerte como “el descanso eterno”, etcétera. Debido a la confusión, el niño puede empezar a tener miedo a dormir. Lo mismo puede ocurrir si el niño escucha que alguien se ha muerto a causa de una enfermedad.

Cuando se muere alguien cercano a la familia, o una mascota todos necesitan tiempo para procesar la pérdida, incluso los niños pequeños. Aunque no entiendan el sentido pleno de la muerte, se dan cuenta de que algo serio está ocurriendo. Si muestras abiertamente tu dolor, llanto y tristeza a los niños, sin expresar debilidad, ellos entenderán que la muerte es una pérdida que se siente profundamente y que es un proceso por el que todos tenemos que pasar.

Es importante ayudarlos a entender la pérdida y el dolor, y a compartir dicho sentimiento con ellos. Los sentimientos y actitudes sobre la muerte y la pérdida de seres queridos se transmiten al niño. Por lo tanto, no ayuda ocultar la . La forma en que hablas y compartis las experiencias con el niño puede ser lo que más recuerde.
A partir de los 5 o 6 años debido a que su desarrollo cognitivo es mayor puede entender la muerte como un hecho irreversible, “su animalito no volverá”.

Nunca crear falsas expectativas de que la mascota vendrá o no transmitir que le sucedió algo horrible. Lo más importante más allá de la religión de los padres, es poder elaborar el duelo y expresar lo que sienten juntos grandes y chicos. Así se puede elaborar la pérdida.




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