Doctores en medicina y científicos afirman que uno de los métodos eficientes para reducir las tasas de violaciones sexuales contra niños y mujeres en cualquier país del mundo sería implementando legalmente la castración química contra los transgresores sexuales. Sin embargo, muchos países en América Latina aún ni siquiera lo han planteado, pero el Perú, en ese aspecto, ya estaría dando pasos agigantados y alentadores para llevar a cabo una plataforma legal, y de esa manera, aplicar todo el peso de la ley traducida en la “castración química” contra ese tipo de criminales sexuales, además de la restricción de su libertad.
Por otro lado, esta medida sería una decisión política ineludible en el Perú, dado que nuestro país lamentablemente ocupa, según tablas y/o listas internacionales, el tercer lugar en casos de violación sexual contra niños y mujeres en el mundo y el primero en America Latina: un puesto completamente deshonroso. Colocación que debería de darnos vergüenza a todos los peruanos, y especialmente a los congresistas, puesto que no hacen absolutamente nada para endurecer las penas contra ese tipo de facinerosos.
Ahora bien, es crucial precisar que el 90 % de delitos contra la libertad sexual (ataques sexuales) quedan impunes en el Perú. O sea, los violadores quedan libres, pese a que solo se denuncia el 48 % de los casos. En otras palabras, un 52 % no denuncia las violaciones sexuales en su contra por vergüenza o miedo a sus victimarios. Ante un escenario tan espeluznante como el que tenemos se deberían de aplicar absolutamente todos los métodos para reducir año a año estos asaltos sexuales contra las personas más indefensas (niños y mujeres). Y de una vez salir de esa tabla tan vergonzosa.