El gecko oculta las patas posteriores bajo la cola, y abre los dedos contra la corteza, aferrándose a ella con una especie de ventosas.
Pero ni siquiera la mejor imitación de color puede resolver el mayor problema que enfrenta cualquier animal que trate de "desaparecer" de esta forma ... el contorno y la sombra. Para desdibujar ambos, el cuerpo del gecko posee un borde de apéndices espinosos flexibles que, junto con la cola en forma de hoja, difuminan la forma de su cuerpo y el contorno de su sombra. Con semejante grado de camuflaje, el gecko puede tomar el sol cerca de depredadores, como serpientes y aves, sin ser descubierto.