Un pato amarillo tiene la misión de mantenerse volando en el cielo celeste, entre tubos que cuelgan desde arriba y salen del suelo, sorteando obstáculos, ganando premios y cumpliendo metas. Pese a lo sencillo de la idea, la aplicación Flappy Bird se mantuvo a principios de año en la lista de las más descargadas de las tiendas móviles de los gigantes Apple y Google.

Pero un día el creador de Flappy Bird, el vietnamita Dong Nguyen, decidió borrarla para siempre. En el par de meses que estuvo disponible, Nguyen había ganado cerca de 50 mil dólares por día.

El sueño de muchos.
La consultora internacional Gartner publicó un informe recientemente en el que indica que solo el 0,01% de las aplicaciones a nivel mundial logra tener éxito realmente. En la tienda virtual de Apple hay disponibles cerca de 900.000 aplicaciones y existen 800.000 para los teléfonos y tabletas con Android; ambas plataformas suman 100 mil millones de descargas. Lograr destacarse en este universo es una tarea difícil para los desarrolladores.

Pero a veces, igual que Flappy Bird, una idea muy simple puede convertirse en éxito. Así ocurre ahora con Yo, una aplicación móvil gratuita que se define como una manera de saludar a los amigos sin necesidad de escribir una palabra. Basta realizar un click para enviar el sonido "yo", que es la abreviación en jerga popular de "you" (tú, en español).

Esta fórmula es como el antiguo "toque", y con eso en mente Moshe Hogeg, CEO de la desarrolladora Mobli, le pidió a Or Arbel que creara un programa simple para comunicarse por teléfono con su esposa y su asistente. Estuvo listo en ocho horas.
Cuando decidieron publicarla en la App Store, les daba tanta vergüenza que crearon el nombre ficticio Life Before Us como autores de Yo. El primero de abril, Día de los Inocentes en el mundo anglosajón, fue lanzada al público.

De un minuto a otro se volvió viral. Los desarrolladores recibieron aportes por un millón de dólares para invertir en su aplicación. La suma se multiplicó y hoy Yo ya tiene US$ 2,5 millones debido a que acumula más de 1,3 millones de usuarios y lleva semanas enteras al frente de la lista de las diez aplicaciones más descargadas de las tiendas virtuales App Store y Google Play.

"Si piensas que esto es solo una aplicación que dice `yo` estás muy equivocado. Se trata de una nueva forma de recibir notificaciones ligeras y no intrusivas", se excusó Or Arbel al ser cuestionado por su éxito.

Cerveza virtual.
Otro reciente "éxito de taquilla" ha sido Make it Rain. Su principio es básicamente lanzar dinero, o hacer que llueva plata.

¿Cómo funciona? El jugador debe sostener el teléfono, como si fuera un fajo de billetes, y deslizar el dedo de la pantalla como si estuviera lanzando dinero al aire.

Estrenada en abril, en su primer día logró 10.000 descargas. A la mañana siguiente ya acumulaba más de 220.000. "Es el tipo de cosa que es anormalmente viral. Lo que nos llevó a ser número uno es que cuando alguien la descarga se la recomienda a un amigo", explicó Joshua Segall, el cofundador de Space Inch, a cargo de la aplicación.

En Make it Rain el usuario puede, además, ir ganando dinero virtual apretando un botón cuando quiere invertir o sobornar a una autoridad por evadir impuestos.

Incluso, si el juego está cerrado, el jugador puede acumular más plata. "A la gente le encanta lo extraño y diferente porque le gusta probar cosas raras y creativas. Y parece que seguirá habiendo un lugar para eso", dijo Segallen en un comunicado.

iBeer es otra idea simple y exitosa. La aplicación, solo disponible para iPhone, convierte al celular en un vaso de cerveza simulando la presencia de líquido en la pantalla. Se lanzó en el año 2009 y hasta ahora ha sido descargada más de 90 millones de veces.

Lo mismo ocurrió con iFert, una biblioteca de sonidos de flatulencias. La idea puede sonar desagradable pero en su máximo auge logró ganar 40.000 dólares diarios y fue publicitada por estrellas como George Clooney y Demi Moore. Hoy continúa entre las cien más populares de la App Store.

Por otra parte, luego del Mundial de Sudáfrica 2010 hubo una app que imitaba el sonido de una vuvuzela, el instrumento que utilizaron los hinchas y que se extendió entre los fanáticos de todo el mundo. También hubo algunas otras como simuladores de engrapadoras, dos ojos que perseguían el movimiento de los dedos, imágenes de escaleras mecánicas en movimiento y apps para ahuyentar a los mosquitos.

"Son un reflejo de lo que busca la gente. A pesar de no tener utilidad" crean una fuerte adhesión y generan interés, reflexionó Blanca Muñoz, socióloga y docente del Universidad Carlos III de Madrid Carlos García Rubio.




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