El cuerno del narval ha sido fuente de especulación durante años. Su existencia se le ha atribuido a la magia, a un sexto sentido que permite al animal navegar con destreza su entorno e incluso a un arma, funcionando como una espada. Sin embargo, su verdadera razón de ser había permanecido un enigma, hasta ahora.


Un equipo de investigadores estudiando a los narvales en su ambiente natural encontraron una correlación entre la masa testicular y la longitud del cuerno, sugiriendo que el colmillo de los machos sirve para atraer a las hembras.


El narval (Monodon monoceros) es una especie de cetáceo que habita los mares del Ártico y el norte del Océano Atlántico. Su tamaño varía entre los cuatro y cinco metros y su peso llega a alcanzar los 1,500kg. Los machos se caracterizan por poseer un colmillo largo y retorcido, a manera de espiral, en la mandíbula superior, el cual llega a medir más de dos metros.

Para conocer acerca de los hábitos de apareamiento del narval, los científicos analizaron la información recaudada entre 1997 y 2008 por los inuit, pueblo esquimal con permiso de cazarlo. Los registros consistían en su mayoría de mediciones de los tractos reproductivos y del cuerno. 

Los científicos encontraron una clara relación entre la masa de los testículos y la longitud del colmillo. Entre más grandes los testículos, mayor era el cuerno. Por lo tanto, concluyen que el colmillo juega un papel importante en la selección sexual, indicando a las hembras qué machos tienden a ser los más fértiles.




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