¿Sientes que la realidad te abruma? ¿Día tras día te encuentras en un laberinto sin salida? A continuación verás quince tipos de pensamientos distorsionados que pueden estar dañando tu percepción del mundo. 

Fragmentación de la realidad
Sucede cuando, de una situación determinada, tomas los detalles negativos y los maximizas, filtrando y dejando de lado los aspectos positivos que existen en ella. Recortas un solo detalle de la realidad, y coloreas todo el panorama con ese fragmento. Sitúas lo negativo poniéndolo fuera de contexto y de esta manera, lo haces más grande y horrible de lo que realmente es.

Pensamiento polarizado
La característica de esta distorsión es la insistencia en opciones dicotómicas. Las cosas son blanco o negro, malas o buenas. Se genera una tendencia a percibir todo en su extremo, con muy poco lugar para espacios intermedios. El peligro más grande del pensamiento polarizado es el impacto que tienes en el juicio sobre ti mismo. Por ejemplo: si no eres perfecto, has fallado.

Generalización
Cuando llegas a una conclusión basada en un simple incidente o una pequeña evidencia: si algo malo sucede una vez, esperarás que siga ocurriendo una y otra vez lo mismo. "Siempre" y "nunca" son las señales de que estas utilizando este tipo de pensamiento. Esta distorsión te lleva a una vida restringida, evitando futuros fallos, basados en tu experiencias pasadas.

Lectura Telepática
Sin que diga una palabra, ya crees conocer lo que está sintiendo la otra persona y por qué actúa de esa manera. En particular, piensas que conoces la forma en que los demás se sienten en torno a ti. La lectura telepática depende de un proceso llamado proyección: imaginas que la gente siente lo mismo que tú, por lo que calculas que reaccionarán de la misma manera. Por lo tanto, no miras o ni escuchas con la atención suficiente como para darte cuenta de que, en realidad, los demás son diferentes. Los lectores telepáticos saltan directo a las conclusiones que son verdaderas para ellos, sin comprobar sin son ciertas para la otra persona en cuestión.

Catastrofismo
Siempre esperas lo peor de cada circunstancia. Escuchas algún problema e instantáneamente comienzas a pensar en "¿y si esto me sucediera a mí?" o "¿qué pasaría si ocurre esta tragedia?". No existen límites para una imaginación fértil en catástrofes. Un catalizador subyacente para este estilo de pensamiento es que no confías en tí mismo y tu capacidad para adaptarte al cambio.

PersonalizaciónEs la tendencia a relacionar todo lo que te rodea contigo mismo. Por ejemplo, piensas que todo lo que la gente hace o dice es una especie de reacción hacia ti. Te comparas con los demás, intentando determinar quién es más listo, más guapo, etc. La suposición que prevalece es que tu valor personal está a prueba. Por lo tanto, te ves continuamente obligado a probar tu valor como persona, midiéndote con los demás. Si te crees mejor, obtienes un momento de alivio. Si te crees menos, te sientes disminuido. El error básico de este pensamiento es que interpretas cada experiencia, cada conversación, cada mirada en relación a tu valor e importancia.

Mecanismos de control
Existen dos formas que pueden distorsionar tu sentido de poder y control. Si sientes que te controlan externamente, experimentaras la impotencia de convertirte en una víctima del destino. La falta de auto-control te convierte en responsable del dolor y la alegría de quienes te rodean. Sentirte controlado externamente te mantiene atrapado. Comienzas a creer que no puedes modificar cosas básicas de tu vida, y mucho menos hacer alguna diferencia en el mundo. La realidad, es que estamos tomando decisiones todo el tiempo, y cada uno de ellas nos define. Por otro lado, la falta de control interno te dejara exhausto a medida que intentes satisfacer las necesidades de los que te rodean, sintiéndote responsable de hacerlo (y culpable cuando no puedas).

Sojuzgamiento
Te sientes resentido porque piensas que sabes lo que es justo, aunque otras personas no estarán de acuerdo con tu dictamen. La justicia es convenientemente definida por ti, de manera tentadora y egoísta, que cada persona queda encerrada en tu propio punto de vista. Es fácil hacer suposiciones acerca de cómo las cosas cambiarían si la gente fuese justa o realmente te valoraran, pero las otras personas difícilmente lo vean de esa forma, causándote un dolor y un resentimiento cada vez mayor.




Culposidad
Culpas a las personas de tu dolor, o en el camino inverso, te culpas a ti mismo por el dolor de los demás. Culpar a menudo implica que alguien más sea responsable de las decisiones y elecciones que en realidad dependen de ti. En los sistemas de culpa, niegas tu derecho (y responsabilidad) de atender tus propias necesidades.

Los "deberías"
Tienes una lista férrea sobre cómo las personas deberían actuar. Las personas que transgreden estas líneas logran hacerte enojar. Para ti, las reglas están definidas y son inamovibles, y como resultado, a menudo te encuentras en la posición de juzgar y encontrar los errores en los demás.

Razonamiento emocional
Crees que lo que sientes es automáticamente "cierto". Si te sientes tonto o aburrido, es porque eres tonto y aburrido. Si te sientes culpable, es porque algo mal has hecho. El problema con el razonamiento emocional es que mezclas tus emociones con tus pensamientos, sacando conclusiones que no son en verdad las correctas. Si tienes pensamientos y creencias distorsionadas se verán reflejadas en tus emociones y por lo tanto en tu vida.

Esperar que el mundo cambie
Esperas que las otras personas cambien para adaptarse a tus necesidades, si ejerces la presión o el convencimiento adecuado. Necesitas cambiar a las personas porque tu esperanzas de felicidad dependen enteramente de ellos. La verdad es que la única persona a la cual puedes cambiar para ser feliz es a ti mismo. El supuesto de este pensamiento distorsionado es que tu dicha depende de la acción de los demás. Tu felicidad actual depende de las miles de decisiones (grandes y pequeñas) que haces es tu propia vida.

Prejuicios
Generalizas cualidades de ti mismo (y los demás) en un juicio global negativo. Cuando accedes a este tipo de pensamiento, ignoras toda evidencia contraria, creando una visión del mundo estereotipada y unidimensional. El prejuicio sobre uno mismo conlleva a un impacto negativo sobre la autoestima, mientras que la generalización hacia los demás lleva a problemas de convivencia, de pareja e intolerancia.

Tener la razón
Te sientes constantemente a prueba para demostrar que tus opiniones y acciones son las correctas. Equivocarse es impensable e irás a cualquier extremo con tal de demostrar tu rectitud. Mantener una postura rígida hace que muchas veces no escuches a tu entorno. No te interesarás en la posible veracidad de una opinión diferente, sólo intentarás mantener tu postura. En este tipo de pensamiento, tener razón se convierte en algo más importante que una relación honesta y cariñosa.

Esperar una recompensa
Esperas que el mundo recompense todo tu sacrificio y esfuerzo. Cuando eso que tu esperas no llega, caes una en una amarga desilusión. El problema es que si crees que haces siempre lo "correcto", pero realmente no es lo que sientes en tu corazón, te agotarás física y emocionalmente.




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