Los grandes depredadores han desarrollado un agudo sistema visual para poder cazar en la oscuridad.
Semejante ventaja la obtienen gracias a poseer detrás de la retina un material cristalino que hace las veces de espejo, aumentando hasta cincuenta veces la brillantez de la imagen presentada -si bien, también la hace más borrosa-. Esta membrana se llama tapetum lucidum y hace que su visión sea seis veces superior a la del hombre.
Es el tapetum lucidum, que logra aumentar entre 30 y 50 veces cualquier rastro de luz por pequeño que sea, el que hace brillar sus pupilas en la oscuridad cuando les alcanza un rayo luminoso.