¿Qué pasa cuando un pedófilo sale de la cárcel? Sabemos que los pedófilos no se rehabilitan, por lo que hay que buscar un método para que dejen de ser un peligro para los niños. En varios países se utiliza la llamada castración química, un procedimiento que tiene como objetivo que la persona deje de sentir impulsos sexuales —de cualquier tipo— y por tanto el deseo de actuar sobre ellos.
¿Cómo funciona la castración química?
La castración no es proceso nuevo, existe hace miles de años, aunque antes era bastante más brutal, ya que hacía cortando los testículos e incluso parte del pene. Esta práctica se usaba como forma de castigo o, para crear eunucos, hombres que al no tener el nivel de testosterona suficiente, no iban a sentir deseo sexual por lo que se convertían en guardianes de los harenes.
Hoy —en Occidente— la castración física no se realiza a menos que exista una necesidad médica, pero si existe la química, bastante menos brutal, pero igual de efectiva si es que la persona no deja el tratamiento. La castración química es un procedimiento ambulatorio y al hombre se le inyecta de forma intramuscular una droga llamada DepoProvera, procedimiento que debe repetirse cada tres meses.
Lo que hace la DepoProvera, es detener a nivel cerebral la liberación de hormonas y neurotransmisores relacionadas a la excitación sexual y producción de semen. Además, impide que la persona sea fértil. En algunos casos, para aumentar la efectividad de la DepoProvera, se utilizan otras drogas.
Usos de la castración química
El uso más importante de la castración química está en detener a los violadores, especialmente pedófilos, evitando que vuelvan a actuar. En algunos países un juez puede ordenar que el acusado reciba castración química o utilizarla como condición para ser liberado de la cárcel.
La castración química tiene además otros usos médicos, especialmente en el tratamiento de algunos tipos de cáncer, como el de próstata, que se beneficia con una deficiencia de testosterona que impide que las células malignas se sigan multiplicando.
Anteriormente, en formas agresivas de tratamiento del cáncer de próstata, se recurría a la extirpación de los testículos, por lo que el uso de la castración química no solo es menos invasor, sino que les permite recuperar su vida sexual una vez sanos.
El hecho de que la castración química sea temporal, dura tres meses tras los cuales hay que volver a aplicar la inyección, le hace un método que requiere tener un seguimiento constante del abusador sexual que deberá utilizarla de por vida. La castración química tiene también efectos secundarios como el aumentar significativamente el riesgo de padecer de osteoporosis y problemas cardíacos. Asimismo, algunos hombres desarrollan pequeños senos.