La relación entre hermanos no fue muy fluida. Se veían sólo una vez al año y Hitler le sugirió cambiar su apellido al de Wolff cuando dejo Múnich y se mudó a Austria. Siempre vivió a costa de la dieta mensual que le enviaba su hermano, incluso en ocasiones acompañaba el envío con regalos como caramelos, galletas o jamón español.
Paula nunca se interesó en los asuntos del partido, no tuvo relación con el movimiento nazi, algo impulsado por su propio hermano. Durante la guerra trabajó de secretaria en un hospital, y una vez finalizada la contienda fue retenida durante bastante tiempo por el servicio de inteligencia del ejército norteamericano.
En la parte final de su primera declaración testimonial ante las tropas norteamericanas se puede leer que refiriéndose a su hermano Adolf Hitler, Paula expresó: "...Debo honestamente confesar que yo hubiera preferido que él siguiera su ambición original y se convirtiera en arquitecto..." "...El destino final de mi hermano me afectó muchísimo. Él fue mi hermano, no importa qué haya ocurrido. Su final me trajo una indescriptible tristeza como hermana..." (en este punto de su declaración la señorita Hitler rompió en llanto y el interrogatorio finalizó) según señaló el oficial interrogador.
Ya liberada, trabajó en Viena en una tienda de arte, para más tarde trasladarse a Berchtesgaden. No se casó y siempre vivió sola hasta su muerte en Hamburgo en 1960.
Paula nunca se interesó en los asuntos del partido, no tuvo relación con el movimiento nazi, algo impulsado por su propio hermano. Durante la guerra trabajó de secretaria en un hospital, y una vez finalizada la contienda fue retenida durante bastante tiempo por el servicio de inteligencia del ejército norteamericano.
En la parte final de su primera declaración testimonial ante las tropas norteamericanas se puede leer que refiriéndose a su hermano Adolf Hitler, Paula expresó: "...Debo honestamente confesar que yo hubiera preferido que él siguiera su ambición original y se convirtiera en arquitecto..." "...El destino final de mi hermano me afectó muchísimo. Él fue mi hermano, no importa qué haya ocurrido. Su final me trajo una indescriptible tristeza como hermana..." (en este punto de su declaración la señorita Hitler rompió en llanto y el interrogatorio finalizó) según señaló el oficial interrogador.
Ya liberada, trabajó en Viena en una tienda de arte, para más tarde trasladarse a Berchtesgaden. No se casó y siempre vivió sola hasta su muerte en Hamburgo en 1960.