Lo triste de esta historia es que Nakio fue encontrado dentro de un gran charco congelado y como sus cuatro patitas habían estado sumergidas durante varias horas, no hubo más remedio que amputárselas.
Tras pasar varios días recuperándose en el refugio de animales, vino una adorable pareja y lo adoptó cuando tenía tan solo 8 semanas. Nakio estaba feliz pero no podía caminar en superficies rígidas y sus dueños tenían que cargarlo a menudo. Probaron varios andadores y carros con rueditas hasta que un día encontraron una empresa encargada de fabricar prótesis para perros ¡ahora Nakio por fin iba a poder caminar, correr y saltar!