Estos gemelitos de 9 meses de edad nos dan una gran lección al mostrarnos que para divertirse no hace falta gran cosa. Basta una cortina tras la cual esconderse para pasar largo tiempo riendo a carcajadas.
Cuando alguien se convierte en padre le entra un deseo incontenible de comprar decenas de coloridos y aparatosos juguetes, pero… ¿será realmente necesario gastar tanto para mantener a un bebé feliz?
A veces las cosas más simples de la vida son también las más hermosas.
