Aunque las innovaciones en tecnología automovilística podrían apoderarse de los titulares, es fácil olvidar que la bicicleta, la cual precede por décadas al vehículo motorizado y la cual asumió su diseño básico en la década de 1880, es una forma de transporte que simplemente se niega a desaparecer.

En un momento dado, incluso se creyó que sería el transporte del futuro. El alcalde de Pasadena con visión futurista, Horace Dobbins, sometió a debate la construcción de una ciclovía elevada que conectaría Los Ángeles y Pasadena desde 1896, pero solamente construyeron una milla de la estructura, la cual se considera un elefante blanco.



Para cuando se completó su ruta truncada, el automóvil motorizado y el tranvía ya habían comenzado a eclipsar la bicicleta.

Para la década de 1900, incluso su inversionista principal había perdido la fe en su futuro.

"He llegado a la conclusión de que nos adelantamos un poco en esta ciclovía. Los hombres que se transportan en bicicleta no han mostrado el interés suficiente en la misma..." opinó Dobbins en 1900 en el diario Los Angeles Times.

Tecnología antigua, como un futuro prometedor
Quizá no volvamos a usar caballos y carruajes en un futuro cercano, pero las ciudades están empezando a darse cuenta de que las bicicletas son una tecnología antigua con un futuro muy prometedor.

Es energía limpia, barata y, en muchos casos, más rápida que el transporte por carretera, por lo que las ciudades que alguna vez optaron por los vehículos motorizados están haciendo más espacio para las bicicletas. Y algunas de las soluciones —en términos de infraestructura y tecnología de la bicicleta— no solo son sorprendentes sino también innovadoras.














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