Krane descubrió que los felinos no necesitan impulsarse en ningún lado para lograr su hazaña. Les basta con realizar durante el salto el movimiento de caderas propio de mover un hula hoop. Pero no se quedó ahí. Vistió a un trapecista con un traje similar a los de la misión Apollo y comprobó que, con entrenamiento y voluntad, también somos capaces de hacer lo mismo. Por si alguna misión espacial requiere dar una vuelta en medio de ninguna parte.
EL DATO: 60 imágenes por segundo eran consideradas por E.-J. Marey suficientes para que la fotografía se viera en movimiento.