Te preguntarás: ¿que les pasa a los de adictamente para hacer una nota de este tipo?: pues lo del título. Pero sepa usted que además de responderle con humor al lector que nos calificó de manera muy poco ortodoxa, aprovechamos para contar bonitas historias, y ante todo, dignificamos la función catártica del insulto. La ofensa eleva al hombre a los niveles más altos de Dignidad y Justicia y Paz Universal y Social, contraponiéndolos a las guerras, violaciones de derechos humanos y matanzas colectivas.
Si te da tiempo a ofenderte, es que no tienes la necesidad de atender a cosas más graves, como que te peguen un tiro en la cabeza.
Sin más, luego de este prefacio de mierda, vamos directamente a lo que nos compete. El insulto fundacional de nuestro Universo del palabrejo altisonante: ‘La concha de tu madre’. Nótese a primera vista que un insulto de inmenso calibre, no tiene segundas lecturas desarrolladas o derivadas. Este improperio nace y muere en el mismo lugar que decir «el sombrero de tu abuelo»: en la cabeza de tu abuelo o en el aparato reproductivo de tu madre. Está híperlocalizado.
Comenta John Walker Evans (Boston 1905-1876), filólogo, prepsicólogo gestáltico y fontanero en sus ratos libres, en su libro La concha de tu madre (1768), que ‘La concha de tu madre’ representa por elevación la destrucción genética inmediata del oponente, ya que actúa como anulación del lugar (o espacio) de donde proviene el hombre al cual se está interpelando con tal descalificación. Cabe destacar que este insulto es del tipo situacionista porque carece de acción motora, aunque en situaciones extremas puede dotársele de acción y movimiento. Piénsese en la grácil imagen de «Vete a la recontra concha de tu putísima madre» o las acepciones muy utilizadas en Latinoamérica que hacen en el uso corto y rápido un formato apócope del mismo, denominado ‘Conchetumadre’, muy utilizado en huidas precipitadas o en escenarios donde prima la velocidad, el robo y el desconcierto.
Una traslación al idioma sajón sería un «the shell of your mother», que en inglés arrojaría algo más cercano al vodevil y perdería toda la carga de destrucción masiva que contiene el original latinoamericano, ya que puede referirse al apuntador de un teatro de la época shakesperiana. En francés, todo se armoniza con «la coque de votre mère», cuando en catalán se independiza con «la petxina de la teva mare».
Génesis
Entrevistamos a nuestro experto en barbaridades del culo, Bill Tourette.
¿Cuándo cree que fue la primera vez se emitió este improperio?
El 17 de junio de 1786, cuando al holandés Marius Vaánderben le espetaron «la concha de tu madre». Este, también conquilólogo de profesión, respondió casi sin pensarlo «la concha de mi madre, ¿qué?». A lo que el insultador retrucó con un «está muy buena y viviría mucha gente bien ahí dentro». A lo cual respondió Vaándebern: «No entendí lo último, ¿ahí qué?». «¡Ahí dentro!», contraatacó el otro. «Dentro, ¡por el orto te lo encuentro!», concluyó el ofendido sin más intención que hacer una rima insultante. En nuestra próxima entrega, veremos el uso de rimas insultantes, así como su utilidad en la educación de sus hijos.
Nivel de brutalidad en lugar de procedencia (escala Gutemberg 1/10): 10.
Capacidad de destrucción y usos
- Zona de uso: Latinoamérica o emigrantes latinoamericanos en países de habla hispana.
- Brutalidad en cualquier otro sitio que no sea Latinoamérica (escala Gutemberg 1/10): 1
- Situación de empleo del insulto: Encontronazo cuasisúbito entre dos partes antagónicas (rencillas de borrachos, novios o novias despechadas y estadios de fútbol).
- Usos alternativos: «Idos a la concha de su madre», «la concha de tu puta madre», «la concha de la lora», «so conchudo de la concha de la conchuda de tu madre conchuda».
- Otros idiomas: «Die Schale Ihrer Mutter» (alemán), «Konko de via matrino» (esperanto).
- Curiosidad final: Un tango que se titulaba originalmente "La concha de la lora" (una variación de nuestro insulto estrella) debido a la moral y la censura de la época debió pasar a llamarse: "La c...ara de la l...una".