Oscar Wilde
Pero Oscar Wilde no fue el único personaje de la historia víctima de infamias debido a su homosexualidad . Queremos compartirte las historias de otros hombres que, al igual que el escritor irlandés, en algún momento de la vida tuvieron que sufrir en carne propia el rechazo de una sociedad ignorante.
Alan Turing
Fue un matemático inglés, al que hoy se le conoce como el padre de la computación. Ayudó a descifrar el código ENIGMA de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y su carrera estuvo llena de reconocimientos hasta 1952. En ese año, trascendió que Turing era homosexual y fue acusado de indecencia grave y perversión sexual.
El matemático fue sometido a castración química mediante un tratamiento de hormonas que buscaba reducir su libido. Esto le trajo graves problemas físicos y mentales que le impidieron seguir trabajando. Un par de años después de su condena, Turing se suicidó con un manzana que contenía cianuro.
Federico García Lorca
El poeta y dramaturgo español fue fusilado en 1936. En el informe de ejecución de Lorca, a manos del gobierno franquista, se le acusaba de ser socialista, amigo de Fernando de los Ríos (político revolucionario) y masón. Además, se le atribuían prácticas de homosexualismo y aberración.
Michel Foucault
El afamado teórico y filósofo francés intentó suicidarse varias veces debido a su homosexualidad , ya que provenía de una familia de tradición católica muy arraigada. Logró reponerse de la angustia y depresión que lo atormentaban y comenzó una extraordinaria carrera en el mundo académico.
A su muerte en 1984, Foucault era el pensador más famoso del planeta. Falleció de complicaciones provocadas por el SIDA. Algunos de sus detractores a lo largo de su carrera, aprovecharon sus preferencias sexuales para atacar sus ideas, pero la gran mente de Foucault prevaleció a todos ellos.
Marcel Proust
El escritor francés fue uno de los primeros en abordar la homosexualidad como parte de su obra . En el libro “En busca del tiempo perdido”, una novela sin duda autobiográfica, explora esta temática de forma directa y abundante.
No obstante, Proust vivió su propia homosexualidad de manera discreta, debido a sus convicciones religiosas y a las presiones familiares. En una ocasión en la que fue acusado de mantener un relación gay con un amigo de su juventud, el escritor retó a duelo al hombre que “lo difamó” pues era demasiado difícil para él asumir su naturaleza abiertamente.