Todos tenemos un concepto negativo sobre los parásitos. Muchos los consideran sumamente repulsivos y otros tantos les tienen incluso un profundo temor. Es algo entendible ya que a nadie le gustaría saber que un ser vivo está alojado dentro de su cuerpo, creciendo, desarrollándose y alimentándose de él. Pero ¿los parásitos proveen algún beneficio?

Pues esto mismo se han preguntado varios científicos a lo largo de la historia y de hecho, así es. Ya en el antiguo Egipto (unos 5000 años atrás) se creía que los parásitos y particularmente las sanguijuelas podían sanar diferentes condiciones médicas, desde migrañas a flatulencias.

Sí, puede sonar disparatado pero en realidad los parásitos interactúan con otros organismos vivos y benefician el orden natural de la vida como cualquier otro ser vivo (a excepción de los mosquitos que no sirven para nada en absoluto). Aquí en OjoCientífico hemos tratado el tema de los parásitos en más de una ocasión.

Son seres realmente fascinantes, desde los más simples y sus distintas relaciones simbióticas a los parásitos más desagradables. Bien supimos ponerte la piel de gallina al ver a los parásitos que convierten a los animales en zombies reales tal como en una película de horror.

Hoy te invitamos a ver para qué más pueden servir estos seres. Éstas son algunas razones por las que los parásitos benefician la vida en la tierra.

¿Qué es un parásito?


Si bien ya alguna idea tenemos, siempre es bueno refrescar los conceptos. Según la Universidad de Biología de Arizona, los parásitos son organismos vivos que viven dentro de otros organismos vivos. Los parásitos viven en una relación muy cercana con este otro organismo vivo llamado anfitrión.

El parásito se instala como huésped en el anfitrión para crecer, desarrollarse, alimentarse y multiplicarse. Por ello, los parásitos necesitan fervientemente de su anfitrión y sin él no podrían sobrevivir.

El desarrollo de este huésped condiciona la salud de su anfitrión y aunque más que nada lo hace de forma negativa, rara vez un parásito termina directamente con la vida de su anfitrión.

Beneficios de los parásitos en la Tierra

Beneficios de los parásitos en la agricultura

Los parásitos están presentes en todos los organismos vivos, desde los humanos a los vegetales. Si bien los insectos no son parásitos, en el ámbito de la agricultura y de la jardinería son considerados como tales. Es que los insectos causaron verdaderos estragos en la agricultura a lo largo de la historia.

Los insectos han causado pérdidas millonarias en la economía de todo el mundo y lo más común es que se traten con productos químicos y diferentes tipos de insecticidas. Sin embargo, el uso de insecticidas además de atacar a los insectos, trae problemas a los vegetales y frutas, siendo contraproducente para los humanos.
Es aquí donde encontramos uno de los beneficios de los parásitos. Durante cientos de años, distintas culturas han aprendido a controlar el problema de los insectos de forma natural, mediante el uso de otros seres vivos, en este caso depredadores.

El parásito avispa conocido como Aphidius ervi es un depredador que se ha comenzado a utilizar para terminar con las plagas en los cultivos y es sumamente efectivo. Los parásitos de este tipo buscan a los insectos que atacan los cultivos, como por ejemplo los áfidos. Una vez dan con ellos, colocan un huevo dentro de los mismos; de ése huevo nace una larva que literalmente come al áfido desde adentro hacia afuera y así, adiós, plaga.


Los parásitos pueden curar enfermedades autoinmunes

Es muy probable que jamás imagines infectarte conscientemente con parásitos para sanar tu cuerpo. Sin embargo, esto podría funcionar y de hecho, luego de varias investigaciones científicas, se ha determinado que los parásitos podrían curar enfermedades autoinmunes.

Puede que sea una medida realmente extrema, pero en la medicina de hoy, es un hecho. Uno de los científicos más importantes que investigan esta cuestión es el doctor, gastronterólogo y profesor de medicina en la Universidad de Tufts de Medicina Joel Weinstock.

El doctor Weinstock realizó una serie de investigaciones cuestionándose por qué varias enfermedades de distinta índole son más frecuentes en países desarrollados que en países del tercer mundo. Luego de constatar que enfermedades como el asma o la esclerosis múltiple son mucho menos comunes en los países más pobres, Weinstock se planteó la idea de que los parásitos tenían algo que ver.

En su teoría sostiene que la presencia de un parásito en particular tiene una relación directa con el desarrollo de enfermedades autoinmunes: los gusanos parásitos intestinales. Aunque la teoría aún no se ha comprobado ni mucho menos llevado a la práctica, de acuerdo a las cifras es posible que los parásitos de este tipo de alguna manera sirvan para controlar el desarrollo de enfermedades autoinmunes.
Los parásitos pueden combatir alergias

Tiempo atrás vimos cómo los parásitos pueden combatir alergias, es una de las razones por las que los parásitos pueden tener beneficios que ya conocemos. De forma similar a la que hablamos en el punto anterior, estos seres por más siniestros que parezcan podrían tener varios beneficios para tratar enfermedades autoinmunes.

Esto ocurriría con las alergias y también con los gusanos parásito que suelen alojarse en los intestinos. En la antigüedad solían utilizarse las sanguijuelas para esto e incluso hoy en día aún existen personas que señalan que mediante el uso de éstos verdaderos vampiros chupa sangre es posible curar un ataque de alergia.

Por otro lado, recientemente se conoció la historia de Jasper Lawrence, un británico que un día cansado de sufrir de constantes cuadros de alergia y ataques de asma, escuchó sobre la teoría de que los parásitos podrían ayudar a tratar estas enfermedades. Jasper viajó a África y tomó unas medidas algo drásticas: caminó descalzo por varias letrinas buscando contraer parásitos de tipo Ancylostoma duodenale.

Una vez logrado su objetivo volvió a los EEUU donde un año después sus problemas de salud habían desaparecido. De forma ilegal, Lawrence multiplicó estos parásitos y luego los comercializó como una terapia alternativa. Aunque Lawrence logró evadir la ley y escapar a nuevamente a Gran Bretaña, hoy sabemos que los parásitos de este tipo le sirvieron para tratar las enfermedades alérgicas.

Relaciones simbióticas de los parásitos

Como señalamos al comienzo, los parásitos se adhieren a todo tipo de organismos vivos. Si bien pueden parecer seres desagradables y perjudiciales, son más los casos en el que el organismo anfitrión se beneficia del huésped que en los que se ve perjudicado.

En la naturaleza podemos encontrar muchos de estos casos y en ellos ambos organismos obtienen beneficios. Así es que existen distintos tipos de relaciones simbióticas. Un ejemplo claro de esto puede ser el de los pájaros africanos picabueyes, quienes viven sobre animales de enorme tamaño como bueyes, búfalos y rinocerontes.

Al vivir sobre estos animales como huéspedes obtienen una excelente protección contra posibles depredadores. A su vez, estas aves se alimentan de garrapatas y de distintos parásitos que atacan a sus anfitriones.

En el caso de un rinoceronte, por ejemplo, ¿cómo habría de librarse de una infección parasitaria de garrapatas? Pues permitiéndole al picabueyes vivir en su cuerpo y alimentarse de estos. Así es como funcionan las relaciones simbióticas.




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