¿Cómo? Despliega una especie de pata succionadora que se “chupa” al asfalto y frena el coche. Y no funciona nada pero que nada mal. Es capaz de reducir la distancia de frenado hasta en un 40% circulando en torno a los 70 km/h, una cifra que es de hecho sorprendente pero que tiene también un par de pegas.
Ha sido fabricada por la compañía de seguridad automovilística sueca Autoliv. Entre sus principales puntos en contra se encuentra el hecho de que sólo funciona hasta esos 70 km/h por un motivo simple: la deceleración que se produce es tan brusca que a más velocidad lo más probable es que acabes sacando cosas por la boca que normalmente es preferible que se queden dentro.
Es sólo un prototipo, todavía queda una larga fase de pruebas por delante y sobre todo examinar y evaluar qué tal se comporta en terrenos más porosos (donde no puede hacer el vacío de manera tan eficiente), qué precio añade al vehículo y cuántas veces se puede utilizar antes de realizar algún tipo de mantenimiento.
