Sturm explicó el proceso en Microbe World, donde publicó las imágenes. Utilizó una placa de agar, que forma una gelatina nutritiva ideal para que crezcan cultivos de microbios. Después de que su hijo pusiera la mano sobre este gel, ella lo incubó y dejó que las bacterias florecieran durante unos días. Aunque la placa de Petri resultante debería ser tratada como de riesgo biológico, es importante saber que es normal tener bacterias en las manos y en la piel. Estar expuesto a una serie de tipos y cantidades seguras de bacterias nos proporciona un saludable microbioma, tracto digestivo y sistema inmunológico.
Las variadas estructuras visibles de estas colonias de bacterias reflejan sus características microscópicas. Los microbios con y sin membranas protectoras o flagella (lo que les permite nadar) crearán colonias de distintos colores, formas, texturas y tamaños.