El fugitivo. Y no porque escape de sus acciones, sino es aquel que sólo se dedica a conducir. Evitan a toda costa involucrarse con el mundo exterior, y normalmente se encierran en el coche con su música a todo volumen.
El competitivo. Fácil y sencillo, es de los que quieren demostrar que a ellos no les gana nadie, desde en la velocidad hasta la terquedad de querer ganar el paso. Suelen ser los que ocasionan más accidentes.
El evasivo. Es el conductor que trata de evitar al resto de conductores. Es decir, no importa a quien se encuentre en el camino, el seguirá sus caminos sin prestar atención.
El sabelotodo. Es aquel que cree que todos son incompetentes menos él. Grita, y proyecta miradas desaprobatorias a los demás conductores.
El filósofo. Es el conductor que cuando se equivoca acepta sus errores y trata de darle al otro conductor una explicación lógica.
El justiciero. Es aquel que es capaz de perseguir, cerrarle el paso y hasta bajarse del auto para gritarle amenazas e insultos a otro conductor, por una mala acción que identifique. También se le podría definir como escandaloso.
El profesor. Es aquel conductor que siente la necesidad y responsabilidad de decirle a otros conductores lo que hacen mal en el camino.