Básicamente, este hombre tenía una infección en un diente o en la mandíbula, que era tan horrible y estaba tan lleno de pus, que se formó un absceso que se hacía cada vez más grande, y él tenía que deshacerse de él. Él dijo que en principio fue al médico, y le recetaron pastillas para el dolor y la infección. Luego de dos semanas, se acabó la medicación para la infección, y dos días después, la infección regresó, mucho peor.
ANUNCIO PATROCINADO



Con la tecnología de Blogger.