“Tras ver la costa destruida de Tailandia y el huracán que afectó al sur de los Estados Unidos, decidí crear una escultura dedicada a la Madre Naturaleza,” explica Quinn en su web. “Sería una reminiscencia de las antiguas estatuas que se hacían como ofertas de paz a los Dioses con la esperanza de calmar su rabia.”
Versiones ligeramente distintas de la obra han sido expuestas por todo el mundo, incluyendo Inglaterra, Estados Unidos, Mónaco y Singapur. En la actualidad, Quinn hace casi exclusivamente “arte para sí mismo y para aquellos que quieran ver cómo son mis sueños.”