Todo sucedió en un evento que debía ser memorable, pero terminó siendo un día terrible para ella y sus invitadas. Rachel Friedman estaba en su despedida de soltera cuando una de sus amigas quiso hacerle la broma de arrojarla a la piscina. Fue al hospital y le dijeron que tendría que utilizar una silla de ruedas de ahora en adelante y llevar un catéter. La boda finalmente se canceló, pero su novio siguió estando junto a ella y dándole su apoyo.
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