La Rheithrosciurus macrotis mide 35 centímetros de largo, el doble a otros tipos de ardillas, y tiene una enorme cola esponjosa y recta que parece algodón de azúcar. Nada qué ver su apariencia con lo que dicen de ella, ¿cierto? Esta especie es un misterio para los científicos, quienes desconocen su biología básica y detalles sobre sus hábitos en general.
Para lograr capturar las imágenes, los biólogos de la Universidad de Michigan en colaboración con sus homólogos de la Universidad de Wellington en Nueva Zelanda, colocaron 35 cámaras de video en el Parque Nacional de Gunung Palung en la provincia de Kalimantan, en Indonesia. Con ellas vieron a la ardilla alimentándose de las hojas del suelo.
Los investigadores esperan capturar más videos para aprender sobre el hábitat y el comportamiento de apareamiento de la ardilla. También quieren descubrir si su cola esponjosa juega un papel importante al momento de elegir pareja o si le sirve para confundir a sus depredadores.
El año pasado, una pareja de científicos logró captar algunas fotos de esta especie pero aún no se sabe mucho sobre ella.