Científicos explican que nuestro peso corporal se ve afectado por nuestro estilo de vida y medio ambiente, como por ejemplo el uso de medicamentos, contaminantes ambientales, la genética, el estrés, las bacterias intestinales e incluso la exposición a la luz durante toda la noche, más que el momento de la ingesta de alimentos.
El estudio, realizado por los Institutos Canadienses de Investigación en Salud, analizó los datos de la dieta que llevan alrededor de 36,400 adultos estadounidenses recogidos por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición entre 1971 y 2008.
Observaron cómo la cantidad de la ingesta de alimentos es un 10% más pesado en 2008 que en 1971. Estos cambios seculares pueden explicar en parte por qué hemos visto el dramático aumento de la obesidad.
El estudio, "diferencias seculares en la asociación entre la ingesta de calorías, la ingesta de macronutrientes y la actividad física con la obesidad", se publicó en el diario de la Obesidad Investigación y Práctica Clínica.
Los investigadores señalan que comer menos y ejercitarse más a largo plazo, es eficiente en la perdida de peso en el futuro.
"Esto se debe a que el control de peso es en realidad mucho más complejo" asegura Kuk.
