“Estamos acostumbrados a la cultura de ‘usar y tirar’, cuando la vida útil de muchos materiales puede extenderse” señaló.
Si bien la joven planea comercializar sus zapatos a través de su empresa Jhoga (alegría en otomí), ella planea que las ventas se destinen a financiar actividades medioambientales. Sacal Rayec ya lanzó sus primeros tres modelos de calzado, compuestos de veinte pares, y planea lanzar dentro de poco otros dos modelos con treinta pares.
Además ya está produciendo bolsas de piel sintética reciclada adornadas con bordados indígenas. En estos casos, las ganancias llegarán a las comunidades que colaboren con el proyecto.
La joven emprendedora indicó que el reto que ha tenido que superar es aprender a unir la tela de plástico con otros materiales, como la piel sintética reciclada, y actualmente se encuentra intentando volver autosustentable a su empresa.
La Universidad Iberoamericana apoyará a Sara Sacal para la creación de la identidad de su marca, diseño de su imagen corporativa, construcción de herramientas de comunicación digital y consultoría estratégica.