Los cirrípedos, animales favoritos de Darwin
Se trata de los cirrípedos: enigmáticos animales pertenecientes a los crustáceos. Pertenecen al mismo grupo (o subfilo para ponernos exquisitos) que los cangrejos o los langostinos. Su singular morfología nos haría pensar más bien en plantas o en esponjas, pero la realidad es que a lo largo de la evolución, estos curiosos organismos sufrieron modificaciones propicias para una vida sésil.
Todas las especies de cirrípedos son acuáticas. Se alimentan de cualquier cosa que puedan capturar, principalmente plancton y residuos orgánicos. Se los suele hallar en aguas poco profundas, aunque también pueden anclarse a estructuras a más de 600 metros de profundidad.
Asimismo, también podemos decir que estos organismos son hermafroditas secuenciales, es decir, alternan secuencialmente su sexo, pero nunca poseen ambos a la vez. En este sentido, un dato curioso es que una especie en particular (percebes) ostenta el récord de tamaño del pene (tamaño relativo) del reino animal. Estos bichos no dejan de sorprendernos, ¿eh?
Charles Darwin y el estudio de los cirrípedos
Darwin estudió minuciosamente estos animales. Siguió los consejos de su amigo Joseph Hooker (gran botánico de la época), quien le recomendó que, antes de postular sus teorías evolutivas, estudie y describa con sumo detalle una especie en particular. Al parecer el botánico era un íntimo amigo de Charles, ya que se tomó muy a pecho su consejo y publicó dos monografías que fueron las más importantes sobre la interclase Cirripedia en ese entonces: Living Cirripedia y Fossil Cirripedia, ambas publicadas entre 1851 y 1854.
El mayor aporte de Darwin fue clasificar correctamente a este grupo de animales. En aquel entonces los cirrípedos eran considerados moluscos. Estos animalitos se las ingeniaron para engañar a zoólogos de la talla de Linneo o Cuvier, hasta que Darwin estudió a las larvas precursoras de los cirrípedos adultos. Notó que la morfología larvaria era semejante a la de otros crustáceos, la cual está conservada evolutivamente en la mayoría de estos organismos.
Es interesante dar cuenta que los cirrípedos solo en su estadio larvario tienen autonomía para desplazarse ya que, una vez que la larva crece y encuentra un sustrato donde anclarse, sufre una metamorfosis que la transforma en el rompecabezas viviente que una vez Darwin resolvió.