Este viernes se cumplen 75 años del nacimiento de Lee Jun-fan, conocido mundialmente como Bruce Lee. Originario de Los Angeles, por puro accidente, ya que su padre, también actor estaba de gira en aquel país en el momento en que su esposa dio a luz. Este pensador y amante de las artes marciales logró, a través del cine, que su pasión fuese la de muchos en todo el planeta.

Regresó a los Estados Unidos a los 18 años, a bordo de un carguero con un pasaje de 3ª que había costado 100 dólares a su padre. Cuenta la leyenda que este, temeroso de que su hijo se uniese a la mafia, reunió esa cantidad para enviarlo lejos, para que el joven reclamase su nacionalidad en su país de nacimiento.

Pese a que su integración no fue sencilla, en medio del respeto a las tradiciones de sus compatriotas emigrados y de sus ansias de compartir y aprender de su nuevo país, Lee terminó haciendo una extensa y celebrada carrera en el cine.

Si viviera, hoy hubiera cumplido 75 años. Murió en realidad a los 32, con un desarrollo biológico de un hombre de 20 y por causas naturales todavía en discusión (aneurisma, epilepsia...) lo que sirvió en realidad para aumentar y prorrogar su leyenda que cuenta hoy con tantos admiradores como detractores, estos últimos protagonizan acalorados debates sobre las habilidades reales de Lee para la lucha.
Estatua de Bruce Lee en el Paseo de las estrellas de Hong Kong.

Internet, ese pozo sin fondo del siglo XXI, sirve para muchas cosas, y algunas buenas. Una de las más interesantes son todo tipo de teorías de conspiraciones y debates sin fin sobre todo tipo de cuestiones.

A Bruce Lee le ha tocado -le toca desde hace años- ser cuestionado como luchador, es decir, como Bruce Lee. Entre tanto barullo, se pueden sacar cuatro conclusiones, ninguna de ellas da respuesta a una pregunta recurrente que mantiene entretenida a la comunidad en la red: «¿Podría ganar Bruce Lee a Chuck Norris en una pelea?».

Un teórico
Una de las cuestiones que sus detractores no le perdonan es que Lee jamás participó en torneos de lucha, sino que dedicó su vida al estudio de las artes marciales. Lee, dicen quienes cuestionan al actor, no ha recibido prácticamente un solo golpe real en la cara en su vida, algo que, a juicio de quienes proponen bajarlo del olimpo de los grandes de la lucha en el cine, le desacredita.

Estrella de Bruce Lee en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Su masa corporal
Esta ausencia de peleas reales hacía que Bruce Lee descuidase su físico -opinan, insistimos, quienes ponen en duda su condición de verdadero luchador- , el que sus peleas fuesen fruto de un guión estudiado hacía que le resultase innecesario un verdadero cuerpo de luchador. Pero «sería incapaz de levantarse del suelo tras un impacto, que le derrumbaría de inmediato, dada su ligera estructura corporal». Por lo tanto, dictaminan, era tan solo un teórico y no un verdadero atleta capaz de afrontar peleas verdaderas.

Poca documentación sobre sus peleas
Una de las cuestiones que van en contra del maestro de artes marciales es su escasa biografía documentada. En especial en lo referido a peleas fuera del cine. El que sus biógrafos apenas mencionen «de oídas» alguno de sus combates en la vida real y el que, además de mal narrados, sean pocos los que se cuentan hace que quienes han querido darle una oportunidad en sus duros juicios se encuentren con poco material que haga frente a su opinión.

Las reglas de la calle
La desconsideración de Lee a puro teórico de la lucha se van también a lo increíble de sus escenas cinematográficas. «Todas imposibles», dicen quienes, sin embargo, valoran su conocimiento técnico. Las reglas impuestas por el guión en nada se parecen a las que marca un ring y un gong y mucho menos, una pelea real en la calle donde los conocimientos teóricos de Lee no le servirían de mucho ante un luchador que además de teoría tuviese fuerza física y práctica real.

En realidad muchas de estas cuestiones se derivan de la impopularidad que Lee alcanzó entre muchos de sus compatriotas chinos, muy tradicionalistas, disconformes con que el actor hiciera de sus tradiciones y sus artes, un circo al alcance mundial.

75 años después, Lee ya no está para defenderse como lo hacía en sus películas.



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