Este perrito no podía entender la rabia de su dueño, una rabia que dejó a este diminuto animal cruelmente empapado en agua hirviendo para después ser arrojado desde un balcón de un cuarto piso. Después de todo, si no fuera por esta mujer que optó por no ignorar a la pequeña criatura que se retorcía de dolor sobre el concreto, su historia habría terminado antes de que incluso pudiera empezar: con tan solo 6 semanas de edad.
ANUNCIO PATROCINADO



Con la tecnología de Blogger.