El ejercicio propuesto es el siguiente: imagĆnese que usted va caminando y se encuentra con un Ć”rbol de ciruelas, toma una de ellas y se la come. De pronto aparece el dueƱo del Ć”rbol y le dice que debe pagar por el fruto robado comiendo uno de los tres caramelos de diferentes colores (verde, rojo y azul) que coloca frente a usted. El problema es que dos de ellos contienen un poderoso veneno.
Cuando usted ha elegido uno de ellos, digamos el verde, el hombre le informa que ha decidido ayudarlo y retirar uno de los caramelos venenosos, el azul. AdemÔs, le da la posibilidad de cambiar de opinión y comerse el caramelo rojo.
La pregunta es, si usted decide cambiar y tomar el dulce rojo, ¿serÔn mayores sus probabilidades de sobrevivir?
La respuesta
Al contrario de lo que muchos piensan, el cambio sà aumenta (y mucho) la probabilidad de quedar con vida. La razón no es muy clara, ya que lo lógico es pensar que, si tenemos dos caramelos, la posibilidad de que uno de ellos sea el envenenado es de una entre dos.
Pero no es asĆ. En realidad, la probabilidad de salvarse cambiando y comiendo el caramelo rojo es de dos entre tres. Esto se debe a que, al retirar el caramelo azul, el dueƱo 'concede' el doble de posibilidades al caramelo rojo. Por ello, si cambiamos de decisión y tomamos el caramelo rojo tendremos el doble de probabilidades de salvarnos que si mantenemos nuestra elección inicial.