Un hombre de 24 años de edad con problemas de abuso de opiáceos es encontrado inconsciente en su casa. En el suelo, seis cajas vacías de loperamida, un medicamento para la diarrea. Los médicos tratan inútilmente de reanimar al paciente, que termina muriendo de un fallo cardíaco poco antes de llegar al hospital.
Meses después, en otro rincón del mundo, un hombre de 39 años muere víctima de un colapso sin que el servicio médico pueda hacer nada. Según la familia del difunto, el hombre había logrado superar su adicción a los opiáceos tras el uso de buprenorfina . Sin embargo, había dejado este medicamento hacía tres años y en el momento de su muerte se auto-medicaba con algo mucho más cotidiano: medicamentos anti-diarreicos.
Estos dos casos se encuentran recogidos en un estudio recientemente publicado en la revista Annals of Emergency Medicine que alerta sobre una peligrosa moda que no dejar de aumentar: cada vez más personas usan la loperamida, un medicamento para tratar la diarrea ocasional, como droga o para curar la adicción a los tranquilizantes.
Según explica William Eggleston, investigador del Centro de Intoxicación del Estado de Nueva York y director del estudio, “la accesibilidad de la loperamida, su bajo coste y la falta de estigma social asociado a su uso contribuye a su potencial para el abuso”. Además, el creciente aumento de pacientes adictos a los opiáceos en Estados Unidos hace que busquen drogas alternativas a las tradicionales, ya que el uso de estos medicamentos se encuentra muy limitado por la legislación actual.
Si se toman las dosis recomendadas para tratar la diarrea (16 miligramos) los efectos de la loperamida son beneficiosos. El problema viene cuando se toma como droga, con dosis que van de los 70 a los 100 miligramos. Esto puede acarrear efectos secundarios tan graves como problemas cardíacos y respiratorios, pudiendo ocasionar la muerte.
Según el estudio, entre 2010 y 2011 se multiplicó por 10 el número de gente que reportó experiencias con el uso de este medicamento como droga en los foros de Internet. La mayoría de los comentarios (un 70%) se referían a las posibilidades de la loperamida en el tratamiento de adicciones a la heroína y morfina y un 25% se referían a su consumo como droga recreativa, debido a sus propiedades eufóricas.
Además, los datos sobre tendencias de Google han demostrado que se ha producido un interés creciente en los términos “loperamida” y “loperamida colocarse” desde 2010.
El estudio revela que desde 2011 se han incrementado 7 veces las llamadas sobre abuso de loperamida en el Centro de Intoxicación del Estado de Nueva York. “Nuestros datos se confirman con el Sistema Nacional de Datos de Intoxicaciones que muestra un aumento de 71% de llamadas de personas que ingirieron loperamida de forma intencionada entre 2011 y 2014”, explican los expertos.
Los investigadores responsables del estudio instan a los médicos a informar sobre los casos de toxicidad derivados de la loperamida y piden que se tomen medidas para regular la venta de productos que contienen loperamida, de manera similar a como se hizo con la pseudoefedrina, el dextrometorfano y otros medicamentos similares.
“Pedimos que se tomen medidas encaminadas a reforzar la conciencia pública sobre los efectos del abuso de loperamida”, finalizan.
Los investigadores responsables del estudio instan a los médicos a informar sobre los casos de toxicidad derivados de la loperamida y piden que se tomen medidas para regular la venta de productos que contienen loperamida, de manera similar a como se hizo con la pseudoefedrina, el dextrometorfano y otros medicamentos similares.
“Pedimos que se tomen medidas encaminadas a reforzar la conciencia pública sobre los efectos del abuso de loperamida”, finalizan.