Cualquiera que haya navegado por internet y visitado las redes sociales durante más de un año sabe que la respuesta incluirá probablemente a un perro o un gato. Y así es. El 16 de julio de 2010, el fundador de Instagram, Kevin Systrom, subió la primera foto al servicio: una instantánea de un golden retriever mirando a cámara.
Systrom tomó la foto mientras esperaba su comida en un puesto ambulante de California. En aquel entonces, la aplicación todavía no se conocía como Instagram. Sus creadores, a la espera de encontrar un nombre definitivo, la habían denominado Codename (nombre en código).
La foto ha llegado, con el tiempo, a recibir más de 49.700 “me gusta” y casi 30.000 comentarios. La segunda y tercera foto del servicio se tomaron unos instantes después. Systrom inmortalizó el puesto de comida y a su pareja. El resto es historia sabida. Instagram se vendió dos años después a Facebook por casi 1.000 millones de dólares y hoy tiene más de 400 millones de usuarios, de los cuales ocho millones son españoles. Cada día se suben nada menos que 80 millones de fotografías y vídeos a esta pujante red social.