Documentos sacan a la luz que una empresa francesa de materiales de construcción pagó impuestos a Deash para “proteger” sus negocios en Siria.
Las cartas vistas por el diario francés Le Monde revelaron el martes que los directores de la compañía Lafarge realizaban arreglos con el grupo terrorista EIIL (Deash, en árabe) para que su fábrica de cemento en el noroeste de la provincia siria de Alepo (norte) siguiera funcionando.
Una de las cartas muestra que Lafarge, con sede en París (capital francesa), envió a un funcionario identificado como Ahmad Jaludi para pedir al grupo ultraviolento que autorizara paso seguro a sus empleados.
En otro caso, añade la fuente, un permiso de paso con el sello de Daesh en Alepo pone de manifiesto otro acuerdo entre la empresa y el grupo takfirí para garantizar la circulación libre y segura del material.
Los pagos continuaron hasta febrero de 2015, cuando la fábrica se convirtió en base de fuerzas especiales extrajeras.
La compañía francesa de cimento Lafarge.
Lafarge, especializado en cuatro productos principales: cemento, hormigón, áridos y yeso, compró la planta en 2007, cuatro años antes de que se iniciara en Siria un conflicto armado agravado por las injerencias del Occidente.
Le Monde señala que hasta 2013, cuando los extremistas takfiríes de Daesh comenzaron a ocupar las localidades y carreteras alrededores de la fábrica, ésta aún seguía produciendo materiales de construcción, pese a la inestabilidad creciente en la región.
No obstante, cuando Daesh frenó todas las actividades de la fábrica, Lafarge se vio obligado a comprar licencias y pagar impuestos a los agentes intermediarios y negociadores de petróleo que trabajaban para Daesh para reiniciar el negocio.
Hispantv