La última vez que Latimer regó la planta fue en 1972, hace ya 44 años. ¿Cómo es posible?
La planta embotellada o terrario
A pesar de ya tener 56 años, la planta crece vigorosamente y llena de belleza bucólica la enorme botella redonda en la que Latimer decidió colocar aquella semilla, hace ya tanto tiempo. Recordando el proceso de fabricación de este terrario, Latimer cuenta que primero puso algunas piedras en el fondo de la botella, para que las raíces que luego crecerían tuvieran un espacio firme para desarrollarse. Por encima de eso colocó un poco de abono.
Con la ayuda de un alambre, plantó una semilla y luego puso un poco menos de un litro de agua. Selló la botella y la dejó en un rincón soleado de su casa. La última vez que regó la planta fue en 1972 y, desde entonces, el terrario se ha mantenido en vida, a pesar de estar completamente cortado del acceso a agua o a oxígeno.
¿Magia? Para nada. Se trata simplemente de un proceso del que todos oímos hablar alguna vez, probablemente en la escuela: la fotosíntesis.
Un microcosmos de la Tierra
De esta manera, la planta formó su propio eco-sistema autosuficiente. Mediante el proceso de fotosíntesis, las plantas absorben la luz solar y, de ella, extraen toda la energía que necesitan para mantenerse en vida. En este proceso, crean oxígeno y humedad. La humedad se acumula dentro de la botella y "llueve" hacia la tierra, alimentando las raíces.
Cuando sus hojas se marchitan y caen, éstas se pudren y se convierten en dióxido de carbono que, a su vez, alimenta la planta y permite el proceso de fotosíntesis.
¿Qué pasará en el futuro? Actualmente Latimer tiene 80 años, por lo que ya ha dicho que su intención es dejarle la planta a sus hijos y nietos.