Hungría es uno de los países que más se opone a la política migratoria de la Unión Europea. El Gobierno húngaro ha asegurado que la afluencia de refugiados representa un peligro a la forma de vida, a la cultura y a las tradiciones cristianas de Europa. Además, Hungría fue el primer país de la Unión Europea en sellar sus fronteras con alambradas para detener a los refugiados, informa el diario 'The Washington Post'.
En un principio parecía que las vallas y alambres de púas detenían el flujo de desplazados de Oriente Próximo y norte de África que optaban por la ruta balcánica para llegar a Europa Occidental, pero este obstáculo no ha sido impedimento para los miles de refugiados en su intento de llegar a su destino.
Ante esta situación, en algunos tramos de la frontera húngara, las fuerzas de seguridad han recurrido a una nueva táctica: la colocación de espeluznantes monigotes para asustar a los refugiados.
Las imágenes fueron subidas a Facebook por un grupo que apoya a la patrulla fronteriza húngara. En la descripción que acompaña las fotografías, señala que en las últimas cuatro semanas no se han registrado cruces de migrantes por esos tramos hacia Hungría.