Durante ese tiempo no se vieron salvo por videochats, interminables llamadas telefónicas y mensajes de texto. Se sentían comunicados, pero extrañaban los abrazos, las palabras frente a frente.
Ese vacío era difícil de llenar dada la situación económica de ambos. Jeffrey trabaja como carpintero y tiene una familia que mantener. Madeline, la madre, no tenía el suficiente dinero para comprarse un boleto de avión, atravesar el Atlántico luego de escalas y 23 horas de vuelo y tramitar su visa.
Incluso, Madeline tampoco estuvo cuando nació el hijo que Jeffrey tuvo con su esposa Shannon Slattery, quien sería cómplice de la sorpresa. Hace una semana, el hermano de su marido la llamó para darle una noticia. Estarían en su casa al día siguiente con su madre.
Axel Mayi, quien obró el "milagro" tampoco se veía con su hermano desde hacía cuatro años, pese a que también vive en los Estados Unidos. Él se encargó de los trámites para que su madre pudiera, finalmente, verlos. Shannon grabó el video que recorrería el mundo:
