
Luego de toda la controversia y rumores desatados a raíz del color de las albercas de los Juegos Olímpicos de Río 2016, finalmente ha quedado revelada la verdadera razón.
No, no se trató de orina ni tampoco de una sustancia tóxica, sino de un error humano. De acuerdo con información publicada por el New York Times, por error una persona agrego 160 litros de peróxido de hidrógeno a la alberca, lo cual hizo que el cloro se neutralizara y el agua adquiriera ese peculiar color verdoso, es decir, al eliminarse el cloro, se hicieron presentes diversos compuestos orgánicos y entre ellos algas, por lo cual varios de los competidores presentaron reacciones alérgicas severas en la piel; Por el momento se sabe que ya varios se encuentran en tratamiento para contrarrestar los efectos.
Lamentablemente debido a dicha situación se tuvieron que vaciar 3.7 millones de agua para ser sustituidos por el agua de albercas de práctica presentes a los al rededores.
Como era de esperarse, esta situación fue tachada de vergonzosa por el mismo Mario Andrada, vocero de los Juegos Olímpicos, así como por diversos medios de comunicación.